El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, anunció, mediante su cuenta en la red social Twitter, que la Asamblea General de las Naciones Unidas retomará este año la discusión de la resolución cubana que demanda el fin del bloqueo impuesto por Estados Unidos a nuestro archipiélago.
Decisión aprobada hoy en #AGNU, sin votación, a propuesta de nuestro país, permitirá retomar en 2022 el calendario tradicional de presentación de la resolución cubana anual que demanda el fin del bloqueo impuesto por Estados Unidos contra #Cuba.
1/2https://t.co/YuuNWYs9hQ— Bruno Rodríguez P (@BrunoRguezP) May 11, 2022
El tema «Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba» fue inscrito ya en el programa provisional del 77 periodo ordinario de sesiones del órgano internacional, que comenzará en septiembre de 2022 y se extenderá hasta el mismo mes de 2023.
La Asamblea General de las Naciones Unidas tomará acción, antes de que concluya el presente año, sobre nuestro proyecto de resolución “Necesidad de poner fin al bloqueo económico comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”
2/2#EliminaElBloqueo— Bruno Rodríguez P (@BrunoRguezP) May 11, 2022
Será una nueva ocasión en que los gobiernos de casi todos los países del mundo levanten sus voces y ejerzan su voto de condena al bloqueo, acción que las distintas administraciones estadounidenses no solo no han acatado, sino que han añadido nuevas medidas coercitivas, como las 243 establecidas en el mandato de Donald Trump, y que el actual presidente, Joe Biden, mantiene intactas, a pesar del compromiso de eliminarlas, que levantó como una de las banderas durante su campaña presidencial.
La votación de esta resolución en el marco de la ONU ha sido una de las evidencias más reiteradas –con frecuencia anual, y por 29 almanaques consecutivos– del irrespeto colosal con que los gobiernos sucesivos de Estados Unidos desconocen el criterio unánime de las naciones contra una política hostil que, en franco desafío y prepotencia, solo se recrudece con medidas cada vez más asfixiantes para el pueblo cubano.
El criminal oportunismo con que EE. UU. quiso aprovechar los terribles efectos de la pandemia y la crisis mundial asociada, para estrechar más el cerco económico, comercial y financiero a Cuba, a fin de derrocar la Revolución, es un nuevo e irrebatible argumento que, en el estrado de la ONU, dejará al desnudo las macabras intenciones del imperio, al sostener un bloqueo que, como política, es retrógrado, pero, por sus impactos, asesino.