La parada del Circuito Norceca de voli playero dejó dos satisfacciones: las medallas de oro de Cuba, organizadora de este evento en Varadero desde 2011, y el cumplimiento de los horarios de juego, que garantizó la calidad de la lid.
La Federación Cubana tiene méritos y clase para acceder a una de las diez sedes que se confieren por año, respaldada por un animado público. Los dos elencos dorados mostraron fuerza, velocidad y capacidad para recuperarse de marcadores adversos. Lidianny Echevarría y Leila Martínez son un dúo de potencia en el ataque, con la primera como bloqueadora de altura y fortaleza, amén de que explotaron las variaciones del saque en el partido ante las canadienses Emma Glagau-Ruby Sorra.
Las cubanas, invictas en el circuito, afirmaron que, en el Campeonato Mundial, del 9 al 17 de junio en Roma, van con el objetivo de mejorar el noveno lugar del certamen del orbe de Viena, en 2017. Hasta el momento no asistirán a la tercera parada en México (12 al 16 de este mes), última oportunidad de fogueo antes del mundial, por lo que su entrenador, Alain Hernández, dijo que trabajarían con intensidad en el control del balón y la forma física. Destacó la disciplina de sus alumnas, básica para un papel meritorio en Italia.
La victoria de la dupla Yosvany Carrasco-Miguel Ayón, pareja B local, dejó grata impresión, al blanquear a los estadounidenses Travis Mewhirter-Timothy Brewster, cuartos en la parada de República Dominicana. Carrasco enseñó potencia en bloqueo y ataque ante rivales que, con más experiencia, no detuvieron el juego variado y seguro, complementado en la defensa por Ayón. La sorpresa fue su triunfo, en semifinales, sobre la primera pareja cubana (Noslen Díaz-Jorge Luis Alayo) en este, su debut en un evento internacional.