En días pasados, el ministro de Economía y Planificación Alejandro Gil presentó un informe sobre el desempeño de las empresas estatales en los dos primeros meses del año que, de alguna manera, muestra los graves desequilibrios del sistema empresarial cubano en condiciones de fuertes presiones inflacionarias y mercados desabastecidos.
De acuerdo con el informe, entre enero y febrero de 2022, de 1.355 empresas estatales informadas, 479 (35,4%) reportaron utilidades superiores al 150% por encima de su plan, en tanto 467 (34,4%) reportaron pérdidas. De ellas, 124 en la agricultura, 55 en industria azucarera, 27 en alimentaria, 19 en construcciones, 14 en industria manufacturera, 15 en transportes y 136 de subordinación local.
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Así las cosas, dos tercios de las empresas estatales fueron rentables, aunque con resultados notablemente dispares, debido a que 849 obtuvieron niveles de utilidades superiores al 15% de las ventas y de ellas 129 superaron el 50%, mientras que 297 solo tuvieron beneficios inferiores al 2%. Resulta inexplicable entonces que con tales niveles de ganancias los mercados en Cuba continúen desabastecidos en una amplia gama de bienes.

Alejandro Gil (Foto: Estudios Revolución)
Si bien los resultados del ejercicio de los dos primeros meses del año no son suficientes para evaluar al sector empresarial, sí constituyen indicios de una serie de problemas estructurales que lo afectan.
Entre los más importantes, resulta necesario...