Ciego de Ávila, 3 may (ACN) Que el Programa de Medicina Familiar, 38 años después de su fundación, continúe desempeñándose como pilar fundamental de la red de atención primaria de la salud pública en Cuba, dice mucho de la calidad humana y profesional de quienes en él participan.
Así lo reconocen también, los vecinos que reciben atención médica en el consultorio #33, ubicado en la calle Chicho Torres, entre las intersecciones de Abraham Delgado y Marcial Gómez en la provincia Ciego de Ávila.
Delia Castillo Leyva, uno de los miembros más antiguos de esta comunidad, opina que siempre han contado con excelentes médicos y enfermeras de la familia, pero quienes ahora desempeñan estas funciones demuestran a diario idoneidad para prestar este servicio.
El doctor Enrique Rolando Pérez García y la enfermera Milagros Licea Ballester, profesionales a cargo de esta entidad, referente de buenas prácticas entre el gremio de la salud avileña, dejaron ver a la Agencia Cubana de Noticias, por qué gozan de tal prestigio.
La seño Milagros, como se refiriera a ella una de sus pacientes, proviene de la provincia Granma y dedicó 31 años de su vida a desempeñarse como enfermera especialista en neonatología.
Por problemas de salud no pudo continuar su quehacer en el hospital y desde hace tres lustros, ejerce en este consultorio, del cual ya domina hasta los detalles más peculiares.
Por su parte el doctor Enrique, concluyó sus estudios como médico general integral en 2020, justo cuando la pandemia COVID-19 arreciaba la ciudad de los portales.
Su vida laboral comenzó a solo 20 días de la graduación, como prueba de fuego, enfrentó la responsabilidad de trabajar en varios centros de aislamiento para sospechosos y positivos al SARS CoV-2.
Ese primer año roté por casi todas las zonas rojas habilitadas en la provincia, si bien fue una de las experiencias más difíciles que profesionalmente he vivido, aprendí mucho sobre tomar decisiones rápidas, hacer más con menos y ser más humano, expuso el nobel médico.
Desde agosto de 2021, esta dupla conforma el equipo encargado de velar por la salud de 276 familias del centro de la ciudad de los portales.
Nuestra labor como médico y enfermera de la familia consiste en consolidar un modelo de atención con un enfoque clínico-epidemiológico y social mediante el cual logremos que los pacientes confíen en nosotros, explicó el doctor Enrique.
A favor tenemos que es una población educada y cumplidora, apoyan todo lo que hacemos, aseguró la enfermera Milagros.
Disfrutamos el trabajo, aquí tenemos la oportunidad de seguir la evolución de un niño desde el inicio de la gestación y a la vez ofrecer una mejor calidad de vida a ese adulto mayor que se descompensa cuando falta un medicamento, comentó el médico.
Somos un equipo, yo no podría desempeñarme correctamente si no contara con el apoyo de Milagros, mantiene al día las historias clínicas y tiene total dominio de los pacientes, gracias a ella todo es más fácil, continuó el doctor Enrique.
La experimentada enfermera, refirió, que pese a su juventud, el doctor ha demostrado tener los conocimientos necesarios para tratar cualquier dolencia, es muy inteligente, comentó orgullo maternal.
Colectivos como este son ejemplo de buenas prácticas en el programa de Medicina Familiar.