GRANMA, Cuba. — Las dificultades para adquirir carne de cerdo y otros alimentos en Granma por causa de la inflación, la escasez y el desabastecimiento tiene a los habitantes de esa provincia al borde de un ataque de nervios o de otro estallido social como el ocurrido el 11 de julio de 2021.
Sin otra opción que resignarse o esperar el cotidiano milagro de ver multiplicarse los cerdos y las reses en el Noticiero “Estelar” de la Televisión Cubana, oran por una visa que los aleje de la miseria o la cárcel, acusados de sedición o traición a la Patria por exigir alimentarse. Toda sanción absurda es posible en la dictadura del disparate.
En Bayamo, la población deambula como zombis frente a las tablillas en blanco de las “carnicerías” del Estado, o alrededor de las tarimas vacías de los mercados agrícolas del sector particular, donde cuando aparece algún alimento que ofertar es a precios siderales, lejos del alcance de quienes cobran su salario en moneda nacional.
De acuerdo con algunas declaraciones ofrecidas a medios oficiales por el Director General de la Empresa cárnica Granma, Diego Fernández Bodaño, el problema radica en que la Tarea Ordenamiento en sus inicios fue mal interpretada, y, en ocasiones, mal aplicada, provocando severos desajustes en los planes de producción.
“Primero porque en el 2021 la empresa agropecuaria tocó fondo, al igual que las importaciones; por otro lado, algunos de los precios centralizados fueron mal calculados; y tercero, porque el valor inicial de la materia prima se multiplicó por 13, y subieron las tarifas del agua, el combustible y la electricidad”, señaló el directivo.
Fernández Bodaño también hizo referencia al “recrudecimiento del bloqueo, que impide el arribo de más de tres mil contenedores de materias primas a la industria alimentaria” y al “efecto de la pandemia en la caída del turismo, que acrecienta la falta de financiamiento para las importaciones”.
Contrario a las opiniones de este y otros funcionarios, muchos bayameses aseguran que la escasez creciente de carnes y el resto de los alimentos en el territorio es por la falta de voluntad política, la mala gestión económica y el discriminatorio mercado en MLC.
Una exprofesora del Instituto Superior de Ciencias Agropecuarias de Bayamo (ISCAB) declaró a este diario que no es posible semejante escasez de alimentos en un territorio eminentemente agrícola.
“Hay planes vacunos como el 14 de julio (Jiguaní); existen cafetales en Guisa; tenemos una empresa arrocera como la Fernando Echenique (Río Cauto); hay planes porcinos en Pilón y abundante vianda en Veguitas. Sin embargo, el consumo de estos alimentos en Granma es una verdadera odisea”, lamentó la fuente.
El acoso, las multas y el decomiso de los productos que ofertan los vendedores furtivos encarecen los precios y dificultan la adquisición de alimentos básicos y otras necesidades que no garantiza la maquinaria estatal debido a su ineficiencia, improductividad y nula visión comercial.
Para los granmenses, los cacareados proyectos de desarrollo local, las autonomías municipales y otras maniobras económico-sociales que saben no funcionarán, no son más que nuevas herramientas de control que sirven para culpar al pueblo del fracaso de la Revolución.
ARTÍCULO DE OPINIÓN
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