La obra de Raúl Roa García (1907-1982), publicada en diferentes medios de prensa y recogida en varios volúmenes, resalta al pensador defensor de la identidad nacional dentro del contexto histórico del siglo XX, desbordado por un florecimiento de la cultura como arma de conquista emancipatoria.
El oficio de periodista lo desarrolla como herramienta de denuncia política, a través de un lenguaje estilístico con el uso del chiste tendencioso, la ironía, las antinomias, que motivan la reflexión.
Su despliegue profesional lo muestra en artículos de opinión y utiliza como recursos literarios fragmentos de canciones, trabalenguas y jergas folclóricas de moda. Reformula conceptos, refranes, dicharachos, de ahí su riqueza y su aporte a la lingüística.
En sus escritos, Patria significa el lugar físico, donde se nace o se vive, con el cual se guarda relación de afecto, porque representa los intereses comunes de una sociedad. Mientras que el patriotismo entraña un sentimiento de posición política hacia esa comunidad, esbozado en su comentario Papalote sin cuchilla, al argumentar: «Ningún habitante de este inefable planeta es tan disconforme como el cubano. La protesta es su actitud permanente, nunca está de acuerdo con nada. Ni siquiera consigo mismo. Todo le molesta y lo critica».
El periodismo le permite poner al descubierto características sicológicas e identitarias del cubano, intereses, sentimientos, afectos cohibidos por el sistema social impuesto en la seudorrepública, y sugiere, además, una estética que toma partido hacia el entorno político-social.
Tomó el periodismo para explicar el sentido histórico de la lucha de clases y el camino hacia la Revolución, como único medio de cambio en la estructura social latinoamericana. «Cubanos son, para mí, cuantos han nacido en esta maravillosa y desdichada tierra, y cuantos, provenientes de otras, trenzan su vida a la nuestra, y junto con nosotros luchan, trabajan, padecen, gozan, sueñan y mueren», afirmó en su artículo: Escaramuza en la víspera y otros engendros.
La obra periodística se distingue por la capacidad de sintetizar fenómenos, hallar la esencia, relacionarlos con un universo más amplio de problemas, extraer conclusiones razonadas y orientar al lector hacia la adopción de un determinado criterio, actitud o conducta. Ese actuar le sirvió también para desempeñarse en sus funciones de Ministro de Relaciones Exteriores entre 1959 y 1976 y defender a Cuba de la agresión permanente e imperial de Estados Unidos.
Sirva recurrir a este intelectual para profundizar en los razonamientos, porque sus métodos de análisis, su interpretación y exposición conducen a la superación, a la apropiación de argumentos y a la defensa sólida de las causas de Cuba.