¿Cuál es el nuevo enfoque que caracterizan a las terapias? ¿Cuáles son los factores de riesgo más influyentes y las estrategias de prevención? ¿Fallecen más o menos personas que décadas atrás? Un artículo publicado por el medio argentino Página 12, da respuesta a estas preguntas sobre la enfermedad, que constituye la principal causa de muerte en todo el mundo.
De acuerdo con el medio, en 2020 el cáncer provocó el fallecimiento de 10 millones de personas: cuatro millones más si se compara con las defunciones que ocasionó la pandemia de la covid desde su inicio.
Los tipos más frecuentes son el cáncer de mama, pulmón, colon y recto, y próstata. Un tercio de las víctimas se caracteriza por un consumo exacerbado de tabaco o alcohol, un elevado índice de masa corporal y la falta de actividad física, indican.
Cita el Instituto Nacional de Cáncer, según el cual la tasa de mortalidad (defunciones cada 100 000 habitantes) que en Argentina estima el riesgo de morir por la enfermedad disminuyó en hombres y mujeres. Si en 2002, la tasa brindaba un cociente de 130 en hombres y 91 en mujeres, en 2019, esas cifras bajaron a 110 y 84 respectivamente.
Expertos argentinos estiman que entre los factores que influyen en las últimas décadas en la percepción de la gente frente al cáncer es la mejora en la expectativa de vida. Agregan que el cáncer es más frecuente en edades avanzadas, con lo cual el envejecimiento poblacional determina un incremento de la población más proclive a desarrollarlo.
Añade que los pacientes recuperados que parecen estar curados tienen riesgo de recaídas.
En este sentido, Página 12 destaca que los esfuerzos científicos actuales apuntan a consolidar en el tiempo los efectos de los tratamientos oncológicos, a través de terapias «de mantenimiento» en pacientes que están en riesgo de recaer o que tienen en su organismo un resto de enfermedad que no ha podido ser eliminado por completo.
En el presente, argumentan, es posible evitar entre el 30 y el 50 % de los casos, a partir de la reducción de los factores de riesgo y de estrategias preventivas. Regular el consumo del tabaco y el alcohol, tener una alimentación saludable, realizar actividad física, así como evitar las radiaciones ultravioletas y protegerse de la luz solar, son algunos de los factores que pueden contribuir en la prevención. Los tratamientos se despliegan a partir de un abordaje transdisciplinario y están mejor dirigidos de acuerdo con las características específicas de cada persona: ningún individuo con cáncer es igual a otro individuo con cáncer.
«El cáncer se va curando más. La prevención y el diagnóstico temprano, sumados a la combinación de las terapias convencionales (cirugía, radioterapia, quimioterapia, hormonoterapia) con otras más innovadoras representadas principalmente por distintas formas de inmunoterapia, han ido mejorando poco a poco los resultados terapéuticos», expresa Alonso. Y completa: «Con un diagnóstico oportuno y un acceso adecuado a mejores terapias, puede curarse en más de un 50 % de los casos y en otro 20 o 25 %, aún sin curarse, puede convertirse en una enfermedad crónica», indica Lucas González, médico oncólogo del Hospital Rossi de La Plata.