La Habana, 15 abr.- “¿Es mil quinientos, tres mil pesos menos en los bolsillos de alguien, castigo suficiente? ¿Dónde está la labor educativa detrás? ¿Estamos haciendo todo lo que se podría hacer por el Bienestar Animal en Cuba?” son algunas de las preguntas que lanza la revista estatal Juventud Técnica a propósito de un reciente debate sobre maltrato animal en el país caribeño.
El artículo “Y para luego siempre es tarde”, publicado este 11 de abril, entre decenas de publicaciones de prensa y de la ciudadanía en las redes sociales, denunció la violencia hacia un gato durante un juego de rodeo, donde dos payasos y 13 vaqueros le daban caza a lazo frente a los vítores de más de un centenar de personas en el recinto ferial Rancho Boyeros, de La Habana.
La reseña de la mencionada revista cuestionó la naturalización del maltrato animal y sus causas en Cuba, toda vez que demostró que incluso llevaron al gato equivocado a recibir cuidados veterinarios.
En este sentido, otro reporte de la propia revista corroboró el deceso del felino por las lesiones sufridas en el rodeo, según confirmó la Asociación Cubana para la Protección de Animales y Plantas (Aniplant) en Cuba.
Luego del “lamentable rodeo” acontecido a finales de la semana pasada, el Ministerio de la Agricultura emitió una declaración oficial con su “total desacuerdo y repudio” a la actuación de marras, así como informó sobre “los análisis correspondientes y las sanciones administrativas, disciplinarias y contravencionales que corresponde a los responsables que participaron en este tipo de incidente de maltrato animal”.
Inconformidad ante sanciones
Multas de 3.000 pesos para los payasos y de 1.500 pesos para los vaqueros implicados fueron, entre otras sanciones administrativas, algunas de las medidas tomadas por la entidad.
Sin embargo, tales acciones no frenaron el repudio de la ciudadanía, el activismo animalista y la prensa que percibieron el fenómeno más allá de actos disciplinarios puntuales.
Destacó la periodista Liudmila Peña que “un paneo de la cámara nos mostró algo tan preocupante como el hecho mismo de lastimar con alevosía al felino: la incitación, el clamor del público”.
“¿Les estamos diciendo a nuestros niños, adolescentes y jóvenes que no hay nada horrendo en maltratar, que está bien divertirse mirando cómo otros sufren, que hemos de quedarnos impasibles ante la crueldad y la injusticia?”, se preguntó en su comentario “¿La sociedad pierde los estribos?”.
A la decena de artículos en medios de prensa oficiales y extranjeros se sumaron cientos de comentarios en redes sociales que tampoco se conformaron con las declaraciones y sanciones impuestas, y criticaron el accionar de instituciones como el Ministerio de la Agricultura.
Muchas personas usuarias colocaron en su foto de perfil el signo de duelo con gráfica asociada a los gatos, en tanto, otras valoraron de “muy débiles” las sanciones durante un intercambio en el sitio oficial Cubadebate, donde se cuestionó el alcance efectivo de las leyes y las acciones de sensibilización sobre bienestar animal implementadas en la nación caribeña.
Para quien se identificó como Esteban, “este bochornoso hecho tiene agravantes. Si lo hubiera cometido cualquier otra persona sería igualmente sancionable, pero la realidad es que, quienes lo hicieron, son personas cuyo trabajo diario es lidiar con animales a los cuales vaya usted a saber cómo los tratan”.
La ilustradora Hanna Chomenko opinó, en otro intercambio en Facebook, que un cuerpo legal es solo un primer paso, una acción puntual, una base para cambiar las mentalidades.
“Lo más difícil es incorporarlas orgánicamente en el día a día, mantener acciones en el tiempo, sobre todo en instituciones que deben ser un referente que guíe al cubano de a pie. Deben asumir su rol educativo-formativo, dejar de ver a los animales como objetos o recursos, sino como seres que sienten dolor, tristeza y aman la felicidad, igual que cualquier ser humano”, apuntó la artista.
Activismo animalista
Grupos como el proyecto voluntario Cubanos en defensa de los animales (CEDA) se sumaron a la reactivación de la campaña en redes #Noalmaltratoanimal.
A la denuncia de estos días, también se agregaron las limitaciones para conmemorar el Día del Perro en la nación caribeña, que incluyó la prohibición de una marcha cívica el domingo 10 de abril por los derechos de los animales en Cuba.
Los lamentables hechos suceden exactamente a un año de la aprobación del Decreto-Ley de Bienestar Animal, un cuerpo jurídico que algunos estiman apenas da pasos pequeños y todavía tiene que fortalecer su componente educativo. (2022)