El nuevo Código de las Familias, en proceso de aprobación, defiende derechos que favorecerían a las personas LGBTIQ+ en Cuba.
Foto: Tomada del perfil en Facebook del Cenesex
La Habana, 23 may.- Que una persona trans use el pelo largo o un uniforme de mujer en facultades de Ciencias Médicas y otros centros de enseñanza genera todavía rechazo y temores de cara a la familia y la sociedad. Cambiar ese paradigma desde el conocimiento y la asesoría constituye un reto para Cuba.
Cuánto pueden favorecer la alianza con el Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), cursos y asignaturas optativas sobre diversidad sexual e inclusión en la formación de estudiantes y profesores de Ciencias Médicas y la atención a la comunidad LGBTIQ+ se expuso durante un reciente encuentro en La Habana.
El panel “Atención integral a personas trans en los servicios de salud. Antecedentes, avances y desafíos” reunió en la Facultad de Ciencias Médicas del Hospital Docente Calixto García a activistas y expertos cubanos e internacionales con parte del claustro y estudiantes, quienes coincidieron en la necesidad de una atención basada en derechos.
Integrado por Gloria Careaga, Oyuki Ariadne Martínez, Rocío Suárez, de México; Wilfred Labiosa, de Puerto Rico, y Mariela Castro, directora del Cenesex, el panel puso sobre la mesa experiencias y diversas visiones de respaldo a la atención de la comunidad LGBTIQ+ y particularmente trans, que enfrenta mayores vulnerabilidades sociales y de salud.
Esa iniciativa forma parte de la XV Jornada Cubana contra la Homofobia y la Transfobia, que se desarrolla cada mayo en Cuba e incluye acciones de intercambios teóricos, socialización de experiencias prácticas y visibilización.
Reflexiones y experiencias
La profesora Gloria Careaga, premio Cenesex 2022, se remontó a los orígenes de la discriminación relacionada con la sexualidad y el placer, cuando se “legitimaba la única sexualidad reconocida, viable y fructífera en la esfera social, el hecho matrimonial”.
“Como consecuencia, dijo, las sexualidades no utilitarias y procreativas fueron rechazadas y reducidas. No solo negaron su existencia, sino que han decidido que no deben existir y tratan de eliminarlas”.
La visión religiosa original de la sexualidad significaba que cualquier forma de sexualidad no relacionada con la procreación se asociaba a la inmoralidad y a un pecado, que desde entonces se trata de imponer un silencio y un prohibicionismo, agregó.
El académico y activista puertorriqueño Wilfred Labiosa defendió en particular la salud mental en la comunidad LGBTIQ+ y se refirió a la campaña Exprésate, Puerto Rico, enfocada en la población nacional y la diáspora, que persigue educar sobre la salud mental, específicamente en personas trans.
“La comunidad transgénero, dentro de la comunidad LGBT, sigue siendo marginada, olvidada, y es de nosotros, los aliados y aliadas y miembros de la comunidad, la posibilidad de seguir educando sobre la diversidad”, apuntó.
Oyuki Ariadne Martínez dio una panorámica de cómo cambia en la Ciudad de México la atención a las personas con identidades de género no heteronormativas, a partir del impulso del activismo político y que requiere de la participación de la sociedad civil para su materialización.
En esa atención, explicó, son importantes los detalles, incluso, cómo la persona que acude al centro creado para tales efectos quiere identificarse a sí misma, así como incluir en diferentes áreas del servicio a personas trans.
A su vez, la directora del Cenesex hizo un recorrido por la atención de la comunidad LGBTIQ+ en Cuba, los avances a partir de las investigaciones y cómo esas propuestas de transformación en conceptos y términos se actualizan en documentos, protocolos y programas, como una estrategia de integración social que propicie mayor participación, partiendo de derechos blindados en la Constitución.
A partir de los estudios, desde diferentes disciplinas científicas, “nos dimos cuenta de que el problema no estaba en la persona trans, es en la sociedad y, desde entonces, cambiamos la mirada”, dijo Castro.
Estos avances, consideró, implican una toma de conciencia de la comunidad trans de su situación social, que le da elementos en los que puede participar para transformar la sociedad, que cuenta con la voluntad política del Estado cubano.
Empujar juntos
En el intercambio, Yuleiski Moré, asesor jurídico en el Cenesex, agradeció al panel las perspectivas compartidas y coincidió en la idea de la necesidad de un cambio en la sociedad, que incluye necesariamente la transformación desde la visión jurídica.
“Necesitamos que las personas ganen en conciencia, que no bastan las leyes, no basta la Constitución de la República para hacer valer los derechos de todas las personas, en específico de las personas trans, altamente vulneradas en sus derechos”, dijo.
Añadió al respecto que no es necesario esperar una norma que regule lo que en la Constitución ya está fijado; “si ella permite a las personas manifestar su identidad, a nosotros nos toca respetar ese derecho”.
Laura Hernández, psicóloga del Hospital Faustino Pérez, de Matanzas, patentizó la apuesta de ese colectivo por la transformación social hacia los derechos, sin esperar nuevas normas, tanto con su personal trans, como en la atención integral a la salud de la comunidad LGBTIQ+, a partir de la asesoría del Cenesex.
En ello coincidió Fabián Pérez, de la Unión de Jóvenes Comunistas en la Universidad de Ciencias Médicas, quien defendió la inclusión, el respeto y la asesoría. (2022)