El amor dispensado en el hogar de ancianos No.3 de Santa Clara, distingue el quehacer de quienes allí laboran. Foto: del autor
Villa Clara.–Basta cruzar la puerta que da acceso al hogar de ancianos No. 3 de Santa Clara Celia Sánchez Manduley, para encontrar cientos de historias que conmueven. De cualquier parte, hasta debajo de una piedra, surge una anécdota o un relato interesante vinculado con las ancianas y ancianos que allí son atendidos.
Un combatiente que perdió a toda su familia y ahora es acogido en esa instalación; la trabajadora que luego de muchos años de duro batallar, ahora se ve sola, porque los descendientes decidieron probar suerte en otro país; o aquella mujer que asiste al centro para que su única hija pueda ganar el sustento con que mantener al resto de la prole. Esas son solo algunas de las historias capaces de estrujar el corazón hasta de los más enérgicos, aunque no las únicas.
Vidal Torres Ortiz, por ejemplo, es un hombre que a sus 90 años todavía mantiene tremenda lucidez y fuerzas para vivir: «Soy oriundo del municipio de Segundo Frente, en Santiago de Cuba, y llegué aquí en 1963 para participar en la lucha contra bandidos. Al terminar la Limpia del Escambray, contraje matrimonio con una villaclareña y me quedé. Por desgracia, no logramos tener descendencia, y al morir ella, hace ya varios años, me quedé solo», cuenta el nonagenario, quien fue traído a este hogar por una trabajadora social.
«Llegué en malas condiciones, no tenía apetito, estaba muy deprimido y enfermo. Pero bueno, logré reponerme con el cuidado que aquí me dispensan. Ellos son más que mi familia», dice Vidal Torres, con lágrimas en sus ojos; al tiempo que extiende la mirada hacia la doctora Marlen Figueredo Yumar, la directora del centro; Abel Paz, el médico, y la licenciada Denia Alfonso, jefa de la sala A.
Considerado como el mayor de Villa Clara, el hogar de ancianos No. 3 acoge a 145 personas de la tercera edad, 128 de ellas por el régimen interno y el resto seminterno, refiere la doctora Figueredo Yumar, quien desde hace dos años conduce los destinos de la institución.
«Aquí se les garantiza una frecuencia de alimentos que incluye desayuno, almuerzo, comida, con meriendas intercaladas, y cena antes de dormir. Además, se les aseguran los medicamentos, atención médica especializada, servicios de rehabilitación, podología, barbería-peluquería, y otros recursos que necesitan esas personas tan vulnerables», señala Marlen Figueredo, quien añade que lo más importante es el amor dispensado.
Por su parte, el doctor Abel Paz Olivera considera que tras la penosa situación creada allí durante la etapa más crítica de la pandemia, cuando varios trabajadores y abuelos se contagiaron con el coronavirus, se produjo una reparación capital del centro que garantizó una notable mejoría de la infraestructura de la instalación, así como de las condiciones de vida y de trabajo.
No obstante, aún persisten lagunas que impiden alcanzar la excelencia a la que aspiran sus trabajadores; entre ellas está pendiente la instalación de los paneles solares asignados, lo cual favorecerá el ahorro de energía; la obsolescencia de trituradoras, licuadoras y batidoras; así como el deterioro y rotura de los equipos de la lavandería.
DE NÚMEROS Y ACCIONES
Villa Clara cuenta en estos momentos con 182 900 adultos mayores (97 027 mujeres y 85 873 hombres), lo que representa el 24 % del total de la población de este territorio, cifras que ubican a esta provincia como la más envejecida del país.
Según la doctora Marta Monzón Quintero, jefa de la Sección Adulto Mayor, Asistencia Social, Discapacidad y Salud Mental, en la Dirección Provincial de Salud, los municipios más envejecidos son Cifuentes, que reporta un 25,4 % de mayores de 60 años en su población; Quemado de Güines y Placetas, con el 25,3 %; Remedios, con el 25,2 %, y Encrucijada, con el 25,1 %.
Añade, además, que a la elevada esperanza de vida, que en Villa Clara es de 79,4 años (77,7 para el sexo masculino y 81,3 para el femenino), se agrega la presencia de 186 personas mayores de cien años y 8 999 nonagenarios al cierre del mes de marzo, indicadores que muestran la alta longevidad que caracteriza a los villaclareños.
Una situación que preocupa y ocupa a los directivos de Salud y al Gobierno aquí es la presencia de 44 875 ancianos que viven solos (424 más que el año anterior), lo cual es resultado de varios fenómenos que son analizados con detenimiento por científicos y autoridades con poder de decisión.
Para atender la realidad que significa el envejecimiento poblacional en Villa Clara, son varias las medidas que se han venido tomando como parte de la política de atención a las personas adultas mayores, entre las cuales Marta Monzón menciona el mejoramiento de las 27 casas de abuelos y 15 de los 16 hogares de ancianos con que cuenta la provincia.
En estos momentos se mantiene cerrado el hogar de ancianos del municipio de Ranchuelo, y de las 1 144 camas aprobadas al cierre del año, solo se usaban 707, para un 61 %, motivado por los procesos de inversiones, reparaciones y mantenimientos que se ejecutan en tres hogares de la categoría grandes: Sagua y No. 1 y 2 de Santa Clara.
De igual manera, de las 320 plazas diurnas instituidas para la atención en los hogares de ancianos, se emplean nada más que 89, es decir, 19 menos que en igual periodo del año anterior; mientras que en las casas de abuelos, de un total de 800 plazas solo se aprovechan 532, para un 66,5 %, 85 menos que en 2021, lo que evidencia fisuras en el programa.
Como norma, a los ancianos solicitantes del servicio se les realiza una evaluación socio-económica para definir su capacidad de pago, que depende de la certificación de cada institución, explica la doctora Monzón, quien aclara que en caso de que la persona no pueda pagar totalmente la tarifa, se le aprueba un monto inferior e, incluso, si no lo puede asumir, la Seguridad Social se ocupa en algunos casos del costo total del servicio.
Otra vía para hacer más llevadera la vida de los adultos mayores ha sido, según la especialista, la incorporación de 63 234 personas a los 1 341 círculos de abuelos creados en el territorio, atendidos por profesores de Educación Física.
También existen servicios especializados para el diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de los síntomas síquicos y motores de la demencia en la totalidad de los municipios, reconoce la funcionaria, quien agrega que, igualmente, se brinda atención gerontológica en los 13 municipios del territorio.
Respecto a la fuerza calificada para atender a este sector de la población, la doctora Monzón Quintero explica que existen 43 especialistas en Geriatría, quienes prestan servicios en toda la geografía villaclareña, a los que se unirán los 21 residentes en formación en esta especialidad.
Coexisten, además, cuatro servicios de Geriatría en la provincia; inició en fecha reciente el enclavado en el hospital municipal María del Carmen Sosaya, de Caibarién, que incrementa a 65 el número de camas destinadas a la especialidad, a las que se adicionará la sala de Geriatría del Hospital Municipal de Remedios, que está en fase constructiva.
Una medida de gran aceptación por parte de la población adulta ha sido, asimismo, que el 80 % de las farmacias comunitarias cuenten con el servicio de mensajería, destinado a facilitar la adquisición de los medicamentos a los adultos mayores, a la par que se reiniciaron en todas las áreas de Salud, las escuelas para cuidadores.
En perspectiva, y ante el incremento del número de personas envejecidas, está prevista la apertura de nuevas instituciones sociales para la atención al adulto mayor, entre ellas la reapertura del hogar de ancianos de Ranchuelo y uno de nueva creación en Remedios, con aproximadamente 200 plazas.
Respecto a las casas de abuelos, se estima que el próximo año entren en funcionamiento otras dos en los municipios de Camajuaní y Remedios, lo que agregaría otras 60 plazas de dotación, dijo la especialista.