El Caney de las Mercedes, Granma, 13 abr (ACN) Soluciones alternativas para llevar agua desde la presa Paso Malo hasta un afluente del río Arroyón, vuelven a mitigar hoy problemas de abasto a unos cuatro mil 500 habitantes de esta comunidad y otras zonas aledañas, en el serrano municipio de Bartolomé Masó.
Nuevamente la intensa sequía hace desaparecer el citado torrente, principal fuente de alimentación de las dos plantas potabilizadoras que garantizan la distribución del líquido hacia viviendas, centros educacionales y de Salud Pública, y múltiples instalaciones de la emblemática Ciudad Escolar Camilo Cienfuegos.
Primero un tramo de alrededor de 550 metros de mangueras y luego la gravedad, hacen posible revivir al menguado Arroyón, con unos 37 litros de agua por segundo, durante 11 horas, a partir del empleo de un sistema de enrollador para riego, declaró Ernesto Ríos García, director de la Unidad Empresarial de Base de Acueducto y Alcantarillado en la localidad.
El bombeo se realiza en ciclos, cada tres días, pues los volúmenes acumulados permiten trabajar y aliviar la crítica situación, aunque está claro que la misma demanda una solución definitiva, subrayó.
Añadió que, paralelamente, otros 33 asentamientos del municipio son abastecidos mediante pipas, alternativa muy difícil de sostener dada la carencia de combustibles.
A escasos metros de un embalse al 65 por ciento de su capacidad total de llenado, lo cual garantiza respaldo para las entregas comprometidas, el joven Yaciel Estrada Núñez vive en condiciones de campaña durante tres jornadas, mientras custodia los equipos y vigila que no se interrumpa el vital proceso.
Al margen de su efectividad, sustentada en la integración y el rápido accionar de varios organismos y las máximas autoridades locales, las alternativas son meros parches frente a un problema que regresa año tras año, como refiere en su reporte para Radio Bayamo digital el periodista Orlando Naranjo Escalona, residente en Bartolomé Masó.
Es cierto que las complejidades económicas del país y diversas circunstancias desfavorables, entre ellas la actual pandemia de la COVID-19, han atentado contra proyectos existentes como el trasvase Paso Malo-Caney, pero las inversiones siguen adquiriendo importancia en el camino a enfrentar con éxito un periodo seco cada vez más fuerte y extenso.
Gastos por concepto de combustibles, transporte, capital humano y múltiples recursos, y un panorama de afectaciones que se repite no solo en otros escenarios de Granma sino de Cuba, hacen de las obras duraderas la mejor alternativa.