Murieron todos y más los colibríes
y luego, todas las banderas
los altos grados de los fusiles
las mujeres, los cuerpos, las esferas.
Se nos fue Rancaño y pareciera
que descansó su cuerpo de misiles,
no puedo asimilarlo, fue la espera
y la tristeza inmensa que le sigue.
Te voy a llorar, amigo, siempre
y te voy a extrañar mientras te mire
en cada corazón que te atempere.
Tendré tu memoria en mis paredes
y velaré tu ausencia con ausencias
hasta el beso final e ineludible.
La Habana, 25 de febrero de 2022. 5:00 pm.
(Tomado de Facebook)