La prensa oficialista pasó toda la responsabilidad del veto de entrada a Cuba que tiene la activista Anamely Ramos, a la aerolínea American Airlines.
«Anamely Ramos una de las huelguistas, de la huelga que no era huelga en San Isidro, se encontró con una negativa inesperada de parte de la aerolínea norteamericana, cuando pretendía volver a Cuba», sostuvo Gabriela Fernández Álvarez, reportera asalariada del régimen.
«Nosotros sabemos hasta ahora lo mismo que ella y los periodistas, que al parecer estaban esperando…que en la aerolínea no le permiten viajar porque alegan que Cuba le prohíbe la entrada, así sin más detalles», indicó.
«Hasta ahora la negativa más directa y objetiva no se la dimos nosotros, pero los medios tienen un culpable claro, porque como siempre Miami se lo confirmó», sentenció.
Por su parte, Ramos, quien protagonizó una manifestación pacífica ayer, acompañada por decenas de cubanos exiliados, en las afueras de las oficinas de American Airlines en Miami, ha dicho que exige el cese de la complicidad de la aerolínea estadounidense y de otras empresas norteamericanas con la dictadura de la Isla comunista.
«El Estado cubano ayer a través de Con Filo, que es un programa infame que tiene la televisión cubana, dijeron que la culpa no es de ellos, que la culpa es de la aerolínea, porque la aerolínea es la que no me dejoo montar. Es decir, ellos están subiendo la parada y echándole la culpa a la aerolínea. Esas son las consecuencias de que una aerolínea americana acate lo que dice el Estado cubano, y juegue de la dictadura, y actúe sin transparencia», explicó la opositora mediante una directa en redes sociales.
Anamely aclaró que American no está haciendo público el protocolo que tiene con Cuba, «ellos están dejando que le traspasen la responsabilidad pública, y si ellos no se pronuncian no es que a ellos los están engañando, es que ellos se están dejando engañar.
La única información que ha ofrecido American Airlines a través de un comunicado es que «en todos los países en los que operan, los requisitos de ingreso y la admisibilidad de los viajeros los determinan las autoridades de cada país, no las aerolíneas».
«American no tenía discreción ni elección en este asunto», puntualizaron.
