El cubano Adolfo Rivera espera recibir la autorización para terminar de armar y probar el AR-9, el primer prototipo de avión ligero de dos plazas que se construye en Cuba.
Rivera es un ingeniero mecánico que junto a un pequeño grupo de colaboradores, la mayoría relacionados con el sector aeronáutico en la Isla, ha trabajado en el garaje del edifico en el que vive junto a su familia para sacar adelante el proyecto, apunta un reportaje publicado este jueves por la agencia Prensa Latina (PL).
La nave es artesanal, pero va cumpliendo los requerimientos del Departamento de Ingeniería del Instituto de Aeronáutica Civil de Cuba, pues ya pasó con éxito algunas pruebas. Ahora espera por la autorización del forrado de su esqueleto, para luego iniciar las de vuelo, refiere el medio.
En el improvisado «hangar» ya reposan las alas de cedro rojo para los largueros y pino blanco para las costillas, maderas cubanas reconocidas en manuales de aviación estadounidenses para estos menesteres, precisa PL.
La agencia añade que la novedosa aeronave tendrá en su nariz un motor Rotax 582 austríaco de dos pistones y potencia suficiente para llevar a dos personas y un peso máximo de 400 kilogramos. Además, pudiera alcanzar una velocidad mínima de 61 kilómetros por hora y una máxima de 145, para remontar una altura de hasta 2 000 metros.
También pudiera tener una autonomía de 300 kilómetros, en dependencia de la capacidad de los tanques de combustible cargará en las alas, de acuerdo con Rivera.
Su creador espera con paciencia que llegue el momento de recibir luz verde para las pruebas de vuelo. «Es todo un procedimiento, primero hay que carretearlo. Luego levantas la cola. Posteriormente lo levantas unos metros y finalmente, cuando todo eso esté bien, pues a surcar los aires», comentó a la agencia.
Rivera confesó a PL que su pasión por los aviones comenzó en su natal provincia de Cienfuegos, donde vivía cerca del aeropuerto.
«Por allí empezó esta historia en la cual construí planeadores y aprendí a volar. Era una fiesta familiar cada vez que los hacíamos despegar halándolos por cable. También hice algunos aviones ultraligeros y en 1986 recibí mi certificado de piloto. René González fue mi instructor chequeador», rememoró.
Precisamente González, uno de los cinco agentes cubanos que fueron sentenciados a largas condenas de cárcel en los Estados Unidos acusados de espiar para los servicios de inteligencia cubanos, es el presidente del Club de Aviación de Cuba, del que son miembros Rivera y sus colaboradores.
De acuerdo con el reporte, el club existe desde 1933, y comparte espacio con otras agrupaciones dedicadas al aeromodelismo, aviación ultraligera, paracaidismo y vuelo libre (parapentes y alas deltas).
González, quien también es piloto e instructor de vuelo, reconoció a PL que, aunque persisten carencias materiales, apuesta a un despegue de los deportes aéreos en la Isla. En ese sentido, subrayó que ya cuentan con nueve aviones ultraligeros rescatados en la frontera y un Cessna producto de una donación que están listos para trabajar en función del club.
Sobre la viabilidad del nuevo prototipo avión ligero, reconoció la entrega y el sacrificio de Rivera en este proyecto y confirmó a la agencia estar confiado «en que el AR-9 volará».