Cinco alarmantes incendios globales que requieren la movilización completa de todos los países fueron presentados este 21 de enero ante el pleno de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas como las prioridades de su agenda de trabajo para 2022.
António Guterres, Secretario General de la ONU, advirtió: «La COVID-19 sigue trastornando vidas, planes y esperanzas. La única certeza es más incertidumbre. Mientras tanto, las desigualdades crecen. La inflación está aumentando. La crisis climática, la contaminación y la pérdida de biodiversidad continúan. Nos enfrentamos a un caldero de inestabilidad política y feroces conflictos. La desconfianza entre las potencias mundiales está alcanzando un punto álgido. Y la supercarretera de la información se atasca de odios y mentiras, dando oxígeno a los peores impulsos de la humanidad».
En opinión de los especialistas de la ONU, estas son las cinco grandes emergencias a las que se enfrenta el mundo, publicadas en la web del organismo internacional.
1.—La pandemia
En su trazo de las cinco grandes emergencias que aquejan al mundo, Guterres colocó, en primer lugar, a la pandemia de COVID-19, alertando de la posibilidad de que la variante del coronavirus que siga a Ómicron puede ser peor y reiterando la urgencia de detener los contagios sin valerse de este objetivo para socavar los derechos humanos.
Tras resaltar la eficacia de las vacunas contra el coronavirus, denunció, una vez más, la desigualdad de acceso a la inmunización debida al acaparamiento de los países ricos. Destacó que, al ritmo actual, África no alcanzará la cobertura marcada por la estrategia de la Organización Mundial de la Salud para controlar la pandemia, de 70 % de la población de todos los países para mediados de este año.
2.—Sistema financiero
En segundo lugar, Guterres listó la necesidad imperiosa de reformar un sistema financiero global «moralmente corrupto, que favorece a los ricos y castiga a los pobres» pese a que una de sus funciones principales es asegurar la estabilidad, apoyando a las economías durante los impactos financieros.
Citó la inflación récord, las alzas de precio de la energía y las altas tasas de interés «de extorsión» como factores de alto riesgo para los más pobres y vulnerables, y aseveró que la inequidad entre los países industrializados y en desarrollo es una receta para la inestabilidad, la crisis y la migración.
3.—Crisis climática
La batalla por mantener viva la meta de calentamiento del planeta en 1,5º grados Celsius para fin de siglo es la tercera gran emergencia, y se ganará o perderá en esta década, cuando ya la Tierra ha alcanzado temperaturas 1,2º por encima de los niveles preindustriales.
El titular de la ONU habló de los golpes devastadores debidos al cambio climático, que en 2020 obligaron a 30 millones de personas a huir de sus hogares, una cantidad tres veces mayor que las guerras y la violencia.
«Los números no mienten, necesitamos reducir un 45 % las emisiones globales para 2030 si queremos llegar a la neutralidad del carbono a mediados de siglo», puntualizó, recalcando la catástrofe que habrá si no se logra.
4.—Ciberespacio
La cuarta prioridad del mundo tiene que ver con un campo en el que prácticamente no existe gobernanza mundial: la tecnología.
Guterres consideró que la humanidad debe estar en el centro de la tecnología y que esta no debe usar a las personas, sino a la inversa, esta debería ser una herramienta benéfica para todos.
Reflexionó también sobre los riesgos que corren las personas al acceder al ciberespacio, como son el uso indebido de datos, la información incorrecta y los delitos cibernéticos, que se multiplican aceleradamente.
5.—Conflictos violentos
Lograr la paz en el mundo es la otra gran emergencia en un momento en el que la humanidad encara el número más alto de conflictos violentos desde la formación de la ONU en 1945, año en que terminó la Segunda Guerra Mundial.
«La existencia de armas nucleares ahora superan 13 000, el nivel más alto en décadas. Los derechos humanos y el estado de derecho se encuentran bajo ataque. El populismo, el innatismo, la supremacía blanca y otras formas de racismo y extremismo, están envenenando la cohesión social y las instituciones en todas partes. El retroceso de los derechos humanos, especialmente los derechos de las mujeres y las niñas, continúa», señaló.