Por el mar de las Antillas anduvo hace unos días un barco de papel. La alusión a la metáfora guilleniana responde a la llegada a la capital el pasado domingo del buque Huasteco, de la Armada mexicana, denominado Crucero Logístico Feria del Libro de La Habana.
Tal designio responde a la invitación aceptada por los Estados Unidos Mexicanos para ser país invitado de honor a la 30 Feria Internacional del Libro de La Habana, que se celebrará en la capital del 10 al 20 de febrero, y concluirá el 30 de marzo en Santiago de Cuba.
A pocos días ya de vivirse el más populoso de los eventos culturales cubanos, que honrará los centenarios de los premios nacionales Carilda Oliver Labra y Jesús Orta Ruiz; y los 140 años de publicados el poemario Ismaelillo, de José Martí, y la novela Cecilia Valdés o La loma del Ángel, de Cirilo Villaverde –y estará dedicado a Luis Álvarez Álvarez, premio nacional de Literatura 2017, y a Alberto Prieto Rozos, premio nacional de Ciencias Sociales y Humanísticas 2019– Granma conversó con Juan Rodríguez Cabrera, presidente del Instituto Cubano del Libro (ICL).
«En medio de la pandemia, y en un escenario muy difícil, el país se ha crecido y se han buscado los recursos imprescindibles para tener más de 900 novedades para la Feria, que habrá que hacerla lo más corta posible», comentó Rodríguez Cabrera.
«La Feria Internacional tendrá sus diez días en La Habana. Las sedes serán, en esta ocasión, la Fortaleza de San Carlos de La Cabaña y el Centro Histórico de la Ciudad, para evitar aglomeraciones, y seguirán contemplándose las habituales subsedes: el Centro Cultural Vicente Revuelta, la Biblioteca Nacional, la Casa de las Américas, el Centro de Estudios Martianos, la Uneac y el Centro Dulce María Loynaz, entre otras. Los cuatro últimos días, es decir, del 17 al 20, se celebrará la de la capital. Queremos darles una preponderancia a los municipios, que llegue hasta esos espacios», apuntó.
Sobre el desempeño del evento hacia el interior del país, el directivo explicó que «hemos creado las condiciones para que, con un equipamiento nuevo y el papel comprado para el año, y con reservas para el próximo, las provincias se sientan en condiciones de desarrollar su Feria de manera positiva, y terminar 556 libros que teníamos con atraso».
Si bien lo soñado se ha ido haciendo realidad, ha sido posible gracias a que «estos recursos los ha comprado el país en una situación muy desventajosa con respecto al mundo, porque si una tonelada de papel bond puede costar hoy 800 dólares, Cuba tiene que pagarla a 1 444, tal como sucedió en el último envío. Eso es el bloqueo, y eso no puede desconocerlo el pueblo cubano, que tiene que ser celoso para defender su cultura, que es definitoria en la formación de valores. Por esta razón, el Estado lo considera no un gasto, sino una inversión. Y por eso es siempre tan admirado este país», destacó.
Entre esas naciones hermanas está México, que por segunda ocasión –la primera en 1998– llega como país invitado de honor. «Con una histórica amistad con la Isla, sostenida en excelentes relaciones bilaterales, ellos están organizando una gran participación. Desde el Fondo de Cultura Económica, que es el fondo editorial de libros más importante, pero también desde la iniciativa de notables editoriales privadas, que también estarán presentes, habrá una gran presencia de escritores y un surtido muy significativo de libros de más de 56 autores de todas las épocas.
«Nosotros sugerimos los autores que creímos que no debían faltar en la propuesta para el pueblo cubano, y ellos están por encima de esa oferta, en la que hay prioridad de libros infantiles con valor educativo.
«México también se está preparando para venir a Cuba con una participación importante de las restantes manifestaciones artísticas».
Otros momentos de marcado alcance serán «la inauguración del stand de México, las donaciones de libros que se harán a los barrios desfavorecidos, a las universidades y a centros de investigación, así como se integrará la casa Benito Juárez, en el Centro Histórico de la ciudad».
Sobre el contexto en que tendrá lugar esta esperada fiesta, el Presidente del ICL refirió que el pueblo «tendrá que agradecerle al sistema de Salud cubano poder hacerla. Eso solo es posible gracias a la entrega de nuestros científicos en la creación de las vacunas. También gracias a los médicos y paramédicos. En la feria se tomarán medidas especiales y, desde su organización misma, se advierten las señales de que habrá que mantener los protocolos».
