Ha comenzado el año 2022 y puede resultar de interés echar un vistazo a cómo era La Habana y qué acontecía en la vida de Pablo de la Torriente Brau un siglo atrás.
El de 1922 no es un año acerca del cual se posean muchos detalles de la vida de Pablo. Se conoce no obstante que trabaja en la Comisión de Adeudos del Ministerio de Hacienda, pero recibe un salario muy elevado para su escaso trabajo y eso lo indigna. Renuncia. Se presenta entonces a la convocatoria de la Escuela Naval, donde no se le acepta. De las razones para que ello suceda dan cuenta las palabras de las hermanas de Pablo.
Tiene 19 años y se presenta a examen para una convocatoria destinada a formar cadetes de la Marina. Se incluye un examen de ortografía.
-¿Qué diferencia hay entre senador con ese y cenador con ce?
Pablo lo piensa bien. Tiene en sus manos la aprobación o no de su solicitud, aun así responde:
-Senador con ese en Cuba es sinónimo de botellero.
Por supuesto que fue eliminado… aunque Pablo nunca hubiera dado un obediente militar de carrera.
Gobierna el presidente Alfredo Zayas y ya no resulta extraño, o al menos tan extraño, escuchar el motor de un avión en el cielo, sobre todo porque volaban a baja altura y hacían bastante ruido. El automóvil se ha impuesto sobre el caballo, es más chic, cómodo y rápido. La Habana crece, crece y se ilumina. De los hoteles de entonces posiblemente los únicos que sobrevivan hoy día sean el Inglaterra, el Sevilla y el Plaza; ya existen el teatro Payret, el Martí (otrora Albisu) y lógicamente el Nacional, antiguo Tacón; el tranvía recorre la urbe, es económico y seguro. Pablo es andariego, si no va en tranvía se mueve a pie, y camina bastante.
Para los juegos de pelota existe el Almendares Park, donde hoy se alza la Estación Terminal de Ómnibus, y la Biblioteca Nacional existe pero es un almacén de libros que no vive sus mejores momentos, radica en la antigua Maestranza de la Artillería y su director es don Francisco de Paula Coronado. En 1920 el célebre tenor italiano Enrico Caruso ha dado una serie de conciertos en el Teatro Nacional, Babe Ruth ha jugado en La Habana algunos partidos de exhibición ante el club Almendares y Anna Pavlova ha estado recientemente, en 1918. En julio de 1922 visitará por vez primera la capital la poetisa chilena Lucila Godoy Alcayaga, mucho más conocida si decimos Gabiela Mistral. Ese año fallecen, hace ahora un siglo, la poetisa Luisa Pérez de Zambrana, el popular periodista Víctor Muñoz y el historiador Emilio Bacardí.
Si de algo bueno se trata, pues en octubre se inaugura oficialmente la radio en Cuba. Si de algo malo se trata, el líder Benito Mussoslini encabeza su marcha sobre Roma y entroniza el fascismo. Y si de algo histórico y curioso se trata, en Egipto el arqueólogo Howard Carter descubre la momia del faraón Tutankamón.
Pablo ya ha crecido todo cuanto va a crecer, es alto y está fuerte. Practica deportes pero eso no quiere decir que no guste de los conciertos y esté al tanto de la vida cultural y musical en la Isla. Nace la revista Alma Máter, en diciembre de 1922 se funda la Federación Estudiantil Universitaria y un joven llamado Julio Antonio Mella ya da que hablar. Jorge Mañach y Juan Marinello, dos cumbres, uno y otro brillantes como estudiantes, ya arrojan fulgores en el contexto de la literatura, aunque aún no han producido sus obras permanentes que los insertan en la cultura.
Tal es, grosso modo, como andan las cosas por 1922, casi nada, ¡un siglo atrás!