La actriz cubana Clarita García, protagonista de la serie Calendario. (Foto: RTV)
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«Amalia es un personaje único. En un principio le decía a Magda que me resultaba un poco utópica. Teníamos que hacerla terrenal, imperfecta, porque todos tenemos defectos, temores. Poco a poco la fui encontrando real, humana, diferente en todas las situaciones que enfrenta, no “tan buena”». Así define Clarita García a la profe de Español que interpreta en la teleserie Calendario, y que con un solo capítulo transmitido se ha robado las atenciones del público.
«Es que está muy bien escrita», explica la actriz artemiseña, consciente de que este protagónico la deja en el centro de muchos debates. Le ha puesto el alma a una maestra de Secundaria, en un contexto donde los conflictos no han nacido puramente de la imaginación. Ha empezado con mucho optimismo, lista para seducir con ingenio y poesía a una generación que rehúye de los academicismos, pero como ha dicho en una escena, ella cree «que le descargan».
«Tras meses de cuarentena, de estar en la casa, sin trabajo, dedicándome al estudio, a la lectura y a mi hijo, recibo la llamada de Alfredo, asistente de dirección, y me habla de la serie. Me dice que todos estaban muy interesados en que participara. Aunque no me gustan los castings, dije, por qué no. Tengo que trabajar, necesito el dinero y así fue como me presenté a una primera reunión.
«En ese encuentro escuché a Magda y a Betty, una asesora, conversar sobre el personaje de Orestes. Lo que hablaron me recordó una historia personal con un compañero de aula. Me sentí tan identificada que pensé “tienes que interpretar este papel, tienes que hacerlo”. A partir de ahí comencé a prepararme bien y a buscar vestuario para presentar mi versión de Amalia. Así fue como inicié el camino».
―En la primera escena de la serie apareces con el títere que pertenece a tu papá, ¿esa vena artística y el gusto por los escenarios es, de alguna forma, un asunto familiar?
―Creo que sí. Mi padre siempre ha estado vinculado con el mundo de la cultura y desde pequeña lo veo trabajar con títeres, con payasos y eso me motivaba. Cuando grabamos las escenas con los niños, le confesé a mi papá que, sin él, nunca las hubiera hecho con tanta seguridad y con tanta alegría. Realmente, siento que soy muy dichosa, y creo que sí, parte de lo que hago y lo que soy viene de él.
―¿Cuándo te lo tomaste en serio y dijiste voy a dedicarme a la actuación?
―Fui de esas niñas a las que le gustaba cantar en los matutinos y participar en las actividades de la escuela. Ese bichito por alegrar a los demás siempre estuvo en mí. Además de la influencia de mi padre biológico, en la casa mi mamá y mi padre de crianza hablaban de arte, de actrices famosas, Isabel Santos, Meryl Streep; escuchaban música de Silvio, de Pablo, y todo eso acompañó mi infancia.
«A los nueve años entré a la Escuela Vocacional de Arte, pero no la terminé. Creo que vine a tomármelo en serio cuando cumplí los 14. Empecé a prepararme para la Escuela Nacional de Arte (ENA) y me fui a trabajar con mi papá, a sus peñas de payaso en el parque Almendares. Hacía de payasita y eso me sirvió para perderle el miedo a los escenarios. Luego ingresé en la ENA y comencé los estudios».
―¿Quiénes te han marcado en tu formación?
―Fernando Hechevarría, que fue mi maestro, Yailín Coppola, Yaremis Pérez. También mi profesor durante cinco años en el ISA, Alexis Díaz de Villega, una de mis mayores influencias, y por supuesto, Carlos Díaz con todos sus consejos. Por otra parte, tengo mis referencias, actrices a las que admiro muchísimo, Meryl Streep, Bette Davis, Laura de la Uz, Isabel Santos, Blanca Rosa Blanco. Creo que son seres que iluminan y me inspiran en la búsqueda de ese camino propio.
―Algunos te recordamos de Mucho Ruido, también te vimos en la telenovela Entrega, ¿cuál ha sido ha sido la experiencia más importante para ti en el audiovisual?
―Mucho Ruido ha sido uno de los regalos más grandes de mi vida. Han pasado casi 12 años y todavía los actores seguimos en contacto, es una serie que está viva. Eso es una bendición. Fue una experiencia muy intensa, pasamos muchos meses lejos de casa, pero con la dirección tan especial de Mariela López, llena de detalles, todo fluyó.
«Entrega fue mi primera experiencia televisiva después de haber sido madre, agradezco mucho a Luberta por confiar en mí. No sabría decir cuál experiencia en el audiovisual ha sido la más significativa, todas han sido importantes. Pero aquí, entre nos, creo que hasta ahora, terminará siendo Calendario, por todo lo que experimenté durante el proceso y por la acogida que ha tenido en el público a solo un capítulo de su estreno».
―Y el teatro…
―Yo amo al teatro, es mi refugio. Hace poco le decía a Carlos Díaz que es un orgullo decir «vengo del Trianón». Agradezco que me haya dado la oportunidad de pertenecer a la compañía desde que me gradué. El teatro es el corazón, es algo muy mágico la verdad. Espero que la vida siempre me permita regresar a él. Es mi raíz, de ahí vengo.
―¿Has incursionado en otros medios?
―Hice radio de niña en Artemisa, algunos infantiles, El cochero azul, hacía las voces de algunas actrices y me encantaba. Fue parte de ese camino de amor hacia la actuación, al dramatizado. Me gustaba ver a los actores transmitir desde un micrófono tantas emociones. Un mundo fascinante, lleno de personas sensibles, inteligentes, que me dieron muchos consejos.
«Y en el cine lo primero que hice fue la película El Techo, con Patricia Ramos. Adoré la experiencia. Y ahora, terminando Calendario, hice un personaje en la película MPM del director Alejandro Gil, al cual le estoy más que agradecida. Hacer cine, creo, es el sueño de todos los actores. Creo que todos los medios me gustan, pero mentiría si no dijera que prefiero el teatro».
―¿Cómo fue el paso por Calendario? ¿Lo más difícil a la hora de interpretar este personaje?
―La experiencia de Calendario todavía la estoy viviendo, y la estoy tomando con calma. Sorprendida con la conmoción que ha mostrado el público en las redes sociales. La gente me decía, «prepárate para cuando salga la serie»; y realmente estoy asombrada con todo lo que está sucediendo. Me encanta esa alegría del público. Le comenté a Magda que también me siento un poco asustada, porque apenas comienza y una quiere que siga gustando. Pero estoy muy feliz. Valió la pena el sacrificio, los riesgos corridos en los meses de pandemia, los momentos complejos lejos de mi niño, Marcel.
«Lo más difícil, o bueno, el primer temor que sentí, fue pensar en cómo me iba a aprender tanta letra, organizarlo todo. También me costó mucho trabajo una escena muy íntima con Niu Ventura, a quien adoro, es como mi hermano en la vida real. Y también otra escena con la actriz Odelmis, muy difícil, con violencia, tuvimos que repetirla varias veces y terminamos muy agotadas».
―¿Qué comparten Clarita y Amalia?
―Creer en el amor como único camino de salvación. Y no es poesía. En estos últimos años, la pandemia, el encierro, el miedo, nos han hecho pensar por qué estamos aquí y qué es lo que realmente importa. Estar en bondad, en amor, en paz, amén de lo que esté sucediendo en nuestras vidas, son luces que no nos pueden faltar.
―¿Qué aprendizaje te dejó el tránsito por la serie?
―De todo un poco. Aprendí de disciplina, de voluntad, de estar pendiente del más mínimo detalle, tanto en la interpretación personal como en la conexión con otros actores. Esta experiencia me enseñó también lo difícil que es el camino de un actor y lo importante que resulta estar bien preparado. Aprendí que debemos tener mucha valentía interna para abrirnos y entregarnos a un texto escrito y darle vida a un personaje, hacerlo real.
―¿Estás contenta con el resultado final? ¿Cambiarías algo de tu actuación?
―Me alegra la acogida que ha tenido. Confieso no haber visto ni una escena en pantalla. No sé cómo está. Solo espero que guste mucho. Y sí, una siempre cree que puede cambiar algo, a veces me veo y digo, «ay, Dios mío, ¿estoy pasada, está natural?», somos muy exigentes con nosotros mismos. Entonces, no sé, veremos y ya me iré autocriticando por el camino.
―Algún mensaje que quieras compartir con los espectadores que ya andan «enganchados» con la serie…
―Agradecer por los hermosos comentarios en las redes, por el amor, por estar abiertos a lo que están recibiendo. Espero que lleguen los mensajes de cada capítulo, que se sigan identificando con los personajes. Amalia es 9no. 3 y 9no. 3 es Amalia, es un conjunto inseparable. Ojalá que Calendario anime a las personas y las motive a seguir siendo mejores, a no rendirse y a encontrar siempre caminos de luz.