“El cielo se va a caer y el rey lo debe saber. ¡Vamos de prisa a darle la noticia!”. Salvando las distancias, así comienza Don´t Look Up (en español, No mires arriba), el nuevo filme de Netflix que está en boga por estos días: una aspirante a doctorado y su tutor descubren un cometa kilométrico cuya colisión con la Tierra es matemáticamente 100% certera, en poco más de seis meses. Así es como, al igual que Pollito Pito, busca alertar a todos del gran peligro que acecha. La respuesta del mundo: ¿Y…?
La comedia de humor negro estrenada el pasado 24 de diciembre, escrita y dirigida por Adam McKay, pretende elucubrar en torno a las posibles diferentes reacciones que una noticia como esta puede desatar en los tiempos que corren de globalización, hiperconexión y polarización extrema. En palabras del propio cineasta, su objetivo es demostrar la incapacidad política y social de escuchar verdades científicas, como es el caso en la vida real respecto al calentamiento global.
“McKay está enojado con el discurso de los medios, la forma en que las noticias se han reducido a infoentretenimiento de calorías huecas, se enfurece al notar cómo una catástrofe como una pandemia se politiza hasta llegar a la muerte (…) Odia las redes sociales, aunque en realidad, ¿quién podría culparlo? Le preocupa ver que el clickbait y la cultura de las celebridades lo han infectado todo. Detesta que el concepto de realidad en sí se haya convertido en una cuestión partidista”, comenta un artículo del diario argentino La Nación.
Con un elenco de lujo encabezado por Jennifer Lawrence y Leonardo DiCaprio, quienes interpretan a Kate Dibiasky y Randall Mindy, los descubridores del gran meteorito, y secundados por otras reconocidísimas figuras como Meryl Streep, Mark Rylance, Kate Blanchett, Jonah Hill, Timothée Chalamet, y la cantante Arianna Grande, el guion logra punzar en la superficialidad con que se tratan (y solapan con humor y risas) las “noticias duras”; la prensa rosa; las campañas en redes sociales y el poder, control e influencia de las Big Techs de Silicon Valley sobre los individuos y los Gobiernos.
Resulta casi imposible navegar por la web o las redes sociales sin encontrar una mención de este nuevo blockbuster hollywoodense. El filme ha contado con una buena acogida por parte de la comunidad científica y un abanico amplio de audiencia que se ve identificada en el rango de edades del reparto de actores que incluye a varias generaciones.
No obstante, a pesar del alto rating que ha tenido en streaming desde que fue lanzado, el largometraje cuenta con detractores; el principal, la crítica especializada. Por ejemplo, un artículo de la versión en español del diario The Independent señala:
“Streep es pésima, al igual que Rylance, cuya desastrosa y sutil actuación pareció rogar a sus amigos del mundo del teatro que organizaran una intervención. Y para una comedia, quizás su mayor ofensa es que casi no hay risas (…) Las aspiraciones cómicas de Don’t Look Up son claras: las bromas son continuas y no dan risa, como si fueran un montón de roedores en la cara de un acantilado”.
El periodista peruano Rodrigo Escurra coincide que pese a que sí logra transmitir su mensaje de crítica a la esfera política estadounidense, “Don’t Look Up se siente como un sketch extendido y de gran presupuesto hecho para un programa nocturno de la TV americana como Saturday Night Live. Es sosa y agota su única herramienta de juicio tan rápido que, aunque no es del todo aburrida, hace que mires al reloj para saber cuánto falta para que termine”.
Por otro lado, la revista chilena Culturizarte enfatiza que “la película tiene una premisa interesante, pero la desperdicia sobreutilizando los recursos idiotas que repite hasta el cansancio, y que no funcionan. Además, la cantidad de subtramas es excesiva, lo que parece un desfile de rostros muy conocidos, que no aportan desde la actuación, sino que solo como gancho atractivo por contar con un elenco ostentoso”.
Más adelante, el texto hace hincapié en que “en una historia distópica, con el contexto apocalíptico, no se puede caer en estos sinsentidos repetitivos, trivializando temas serios, por lo que la cinta desperdicia una gran oportunidad de relucir lo que mejor tiene, pero lo que hace es hundir su capital”.
En respuestas a las críticas, las redes sociales, sobre todo Twitter, una vez más han devenido escenario de batalla por parte de los partidarios de la película, entre los que se incluye obviamente, sus creadores. El intríngulis de la discusión en torno a la defensa del audiovisual no es más que el reforzamiento de una de las premisas de la película, existe una polarización extrema de ideas, criterios, ideologías, por lo que no somos capaces de escuchar al otro sin sentirnos ofendidos.
En este caso particular, se ha confundido la valoración artística y estética de la obra con la subestimación de la justa causa que pretende defender el director junto con su equipo. Con precisión lo explica un artículo del diario The Independent:
“Hay películas completamente sensatas y dignas que podrían estar muy mal hechas, así como películas excelentes que a veces pueden contener elementos problemáticos. No es una situación de elegir una u otra. Tiburón fue una película que transmitió elocuentemente la locura de la obstinación del Gobierno ante una crisis de seguridad pública. Y también resultó ser tremendamente divertida de ver. No obstante, es insensible combinar el desagrado por los méritos creativos de una película con oponerse a su mensaje indiscutiblemente aceptable”.
Este filme contiene todos los componentes para ser éxito de taquilla: un elenco de estrellas, una visualidad atractiva que acude estéticamente al lenguaje audiovisual de las redes sociales, el cameo sorpresa de celebridades, el llamado al activismo, el apelo a los valores tradicionales vs. los intereses de las corporaciones, memes, etcétera.
Sin embargo, no podemos perder de vista que Don´t Look Up es hija de Hollywood y, por tanto, corre por sus venas la fórmula del mercado. El periodista español, Pascual Serrano lo explica detalladamente en su artículo “Condiciones para una exitosa película crítica con el capitalismo”:
“(…) Es importante que seamos capaces de observar las grietas en su discurso revolucionario que no lo es tanto, que nos fijemos en las trampas para hacernos creer que son más subversivas de lo que son, que no perdamos de vista los agujeros por los que cuelan patrones mentales reaccionarios o desmovilizadores sin que nos demos cuenta, y que no olvidemos que una película siempre termina siendo inocua para el sistema”.
Si hay algo en lo que todos coincidimos sobre la película Don´t Look Up es que no deja a nadie indiferente. Con más aciertos que errores, Adam McKay nos pone delante un espejo satírico al que da vergüenza asomarse porque devuelve sin miramientos el reflejo real y sin filtros de una sociedad global a la que le es más importante la ruptura de Riley Bina y Dj Chello que su propia desaparición.
Eso sí, todos nos quedamos con la misma duda: ¿por qué el general les cobró a los científicos las galleticas que eran gratis en la Casa Blanca?
En video, tráiler de la película
https://youtube.com/watch?v=RbIxYm3mKzI
(Tomado de Canal Caribe)