El tenista serbio Novak Djokovic perdió la apelación que hizo ante el Tribunal Federal de Australia por la revocación de su visa y fue deportado este domingo, por lo que se perderá el primer Grand Slam del año y tendrá que posponer su sueño de superar a Rafael Nadal y Roger Federer como el máximo ganador de torneos de la más alta categoría.
Tres jueces de un panel del Tribunal Federal confirmaron de manera unánime la resolución del ministro de Inmigración australiano, Alex Hawke, de cancelar la visa al número uno del tenis masculino bajo el argumento de que su presencia en el país, por el hecho de no estar vacunado contra la COVID-19, podría “fortalecer el sentimiento antivacunas” y “conducir a un aumento de disturbios civiles”.
La decisión y la deportación de Djokovic, que partió a Dubái tras el fallo, justo un día antes del inicio del Abierto de Australia, puso fin a un culebrón que inició el 6 de enero con la detención del tenista.
El serbio viajó a la isla continente sin estar vacunado y las políticas de ésta obligan a estar inmunizado contra la enfermedad del nuevo coronavirus. Según argumentó, tenía una exención médica para la vacunación en este momento por haber sido positivo a la COVID-19 en diciembre, algo que no pudo probar fehacientemente ante la justicia australiana.
Tras cuatro días de detención bajo condiciones criticadas por Djokovic y su familia, un juez ordenó el 10 de enero que fuera puesto en libertad y se le permitiera jugar el torneo, del cual es el máximo ganador histórico con nueve campeonatos, incluidos los últimos tres.
Pero Hawke reordenó el viernes la cancelación de la visa de la estrella del tenis, que apeló sin éxito contra el uso discrecional de poderes del ministro.