Frente al malsano interés de la administración estadounidense de Joe Biden de imponerle un boicot diplomático a los Juegos Olímpicos de Invierno, del 4 al 20 de febrero en Beijing, varias agencias noticiosas confirman que la burbuja adoptada desde el pasado día 4 funciona bien.
El comité organizador de la cita desmintió informaciones sobre el confinamiento de Beijing durante las competencias, y se mantiene atento a la evolución de la enfermedad en el país para ajustar las medidas sanitarias.
El portavoz chino de Relaciones Exteriores, Wang Wenbin, afirmó que el evento «no es un lugar para el postureo político. El deporte no tiene que ver con la política», en franca alusión a la intromisión estadounidense. En tanto, el presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, dijo «que su primer objetivo es que estén en la competencia los mejores deportistas del mundo. Si tuviéramos que empezar a tomar partido político, nunca conseguiríamos que los 205 o 206 Comités Olímpicos Nacionales estuvieran presentes en los Juegos; esto sería la politización de los Juegos Olímpicos y su final».