En medio de la escasez y la carestía de la carne de cerdo en Cuba, donde una libra del apreciado alimento ha llegado incluso a sobrepasar los 200 pesos ―más de 8 dólares, al cambio oficial―, dos emprendedores habaneros trabajan en la creación de una Mipyme dedicada a la cría del considerado por muchos como el mamífero nacional de la Isla.
Hasta ahí, la noticia no parece en lo absoluto extraordinaria, más allá de su contexto socioeconómico, que sí lo es. Sin embargo, además de por su –sin dudas– apreciado objetivo, el proyecto ha llamado la atención de especialistas y autoridades cubanas por su concepción comunitaria y, sobre todo, por el escenario en que planea realizarse: las típicas azoteas de La Habana.
Azocerdo es el nombre de la pretendida Mipyme, cuyo expediente ya está en manos del Ministerio de Economía y Planificación (MEP) de la Isla y actualmente se encuentra en fase de evaluación para su autorizo, según pudo conocer OnCuba. Sus dos socios principales, los hermanos Pedro y Cecilio Mantecón, con experiencia previa en el negocio de la cría y comercialización de cerdos criollos y sus derivados, aseguran sentirse “optimistas” con una cercana aprobación de su empresa y todo lo que podría resultar de la misma.
De momento, Azocerdo tiene previsto comenzar en cuatro azoteas de Centro Habana, municipio de residencia de los hermanos Mantecón. Los edificios fueron escogidos cuidadosamente –a partir de factores como su entorno, su estado constructivo y el número de residentes en los mismos– entre una amplia lista de sitios aspirantes, cuyos consejos de vecinos presentaron sus candidaturas cuando se conoció del alcance y naturaleza del proyecto.
La empresa tendrá un perfil comunitario y de desarrollo local, pues planea emplear a residentes de las propias edificaciones seleccionadas para el cuidado y vigilancia de los animales; aprovechar los desperdicios locales, que en parte serán reconvertidos en alimento para los cerdos –el clásico “sancocho” cubano– y, en otra parte, reciclados y comercializados a la empresa de materias primas; y tiene igualmente previsto emplear los excrementos de los cerdos en la generación de energía “limpia” para los propios edificios, con el montaje de pequeñas plantas de biogás.
Pedro Mantecón narró a OnCuba que él y su hermano vienen planificando la Mipyme desde que “el puerco pasó de 100 pesos la libra”, y que para ello, junto a su experiencia en el giro, apelaron a la “larga tradición” que existe al respecto en la capital cubana e, incluso, se documentaron con una tesis de maestría que hallaron durante sus investigaciones sobre el tema, titulada “El cerdo en Cuba. Aproximación a su cría y desarrollo en los entornos urbanos”.
Por su parte, Cecilio contó que gracias a sus dotes como inventor e innovador –fue miembro destacado de la ANIR en sus años de trabajo para el Estado– realizó adaptaciones a un modelo de planta de biogás para su instalación entre las antenas y tanques de agua de las azoteas, y que actualmente trabaja en un diseño de corrales higiénicos, que emplean agua reciclada de los propios edificios, e insonorizados –a partir de un proyecto japonés que descubrió en internet para la cría de carneros en Tokio– para contrarrestar dos de los efectos más molestos de la cría de cerdos: la bulla y el mal olor.
“Aunque –asegura–, eso nunca falta en Centro Habana, a diferencia de la carne de puerco”, por lo que espera que, aún sin esa innovación implementada, Azocerdo pueda recibir el visto bueno del MEP y hasta del MINSAP, y no sea necesario utilizar el método de cortar las cuerdas vocales a los cerdos, el cual, aunque conocido en la Isla, le parece “bastante inhumano” y, reflexiona, podría ser penado según el ya vigente decreto-ley de protección animal.
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Con estas proyecciones en mente, los hermanos Mantecón esperan estar criando cerdos en las azoteas habaneras ya en el primer semestre de 2022 y encadenarse con matarifes privados y entidades estatales para el sacrificio de los animales y la comercialización de su valorada carne y otros productos derivados de los mismos. Y, además, prevén que, de marchar el negocio viento en popa como desean, en poco tiempo puedan ampliarse a otras azoteas de la capital y hasta de otras ciudades, para “contribuir a aumentar la oferta y bajar los precios excesivos”, sostienen con una bonachona sonrisa.
Preguntadas al respecto por OnCuba, fuentes del MEP afirmaron no estar al tanto del proyecto de la Mipyme Azocerdo ni de su presunto proceso evaluativo para su futura implementación, y alertaron sobre el hecho de que la noticia se divulgue precisamente un 28 de diciembre.
Si usted creyó todo lo anterior, sepa que se trata en realidad de una broma inocente y de buena fe por ser hoy el Día de los Santos Inocentes, una jornada en la que muchas personas en Hispanoamérica hacen a sus amigos y allegados, y como la que también muchos medios de prensa dedican este día a sus lectores.
Además, aclaramos que OnCuba respeta sinceramente el trabajo del MEP, el MINSAP, las Mipymes aprobadas o en proceso de serlo y de los emprendedores cubanos en general, y hacemos votos para que en el próximo año su labor pueda contribuir a una deseada mejora de la economía del país y de la vida en general de los cubanos.
Y si alguien, a partir de esta nota fake, se embulla y presenta un proyecto similar o medianamente parecido de Mipyme a las autoridades cubanas, nos conformamos con que nos dé la primicia y luego nos avise cuando la producción comience a dar sus frutos y empiecen a bajar los precios. ¿Tenemos un trato entonces?
