Entre 50.000 y 100.000 cubanos trabajan en el exterior de Cuba para empresas del régimen de la isla en el marco de las llamadas “misiones internacionalistas”, bajo condiciones de explotación y esclavitud, denunció el presidente de Prisoners Defenders (PD), Javier Larrondo, en un artículo publicado este sábado en el diario español Libertad Digital.
Larrondo detalló las condiciones a las que son sometidos los trabajadores cubanos, entre las que destacan la retención de alrededor del 85 por ciento de los salarios que perciben en los países donde cumplen misión, la legislación represiva que se les aplica si abandonan la misión o desertan y las limitaciones a sus libertades individuales por la aplicación de un denigrante reglamento interno de las misiones.
Sobre los salarios, el ingeniero y empresario español expuso que el régimen cubano obtiene de las misiones unos ingresos anuales de 8.500 millones de dólares, un monto que triplica “lo que gana por el turismo, que son unos 2.900 millones de dólares”, y supera en “cuatro veces lo que gana por las remesas, de 2.000 a 3.000 millones”.
“Lo más grave de este ‘negocio’ es que se produce en una situación de esclavitud. No son misiones, son intercambios comerciales de tipo civil en el exterior y a los trabajadores les aplican una legislación represiva. No hay otra forma de definir la conocida como ‘ley de los ocho años’, con la que les amenazan constantemente”, aseveró Larrondo.
Mediante tal ley citada por el presidente de PD, si una persona abandona la misión o decide no regresar a Cuba, es penada con entre tres y ocho años de prisión por el artículo 135 del Código Penal, una condena que en la práctica se traduce en años sin poder regresar a la isla ni para ver a familiares cercanos.
Sobre las limitaciones a la libertad de los trabajadores cubanos, Larrondo explicó que durante el cumplimiento de misiones internacionalistas estos deben someterse a reglamentos internos como el 368 del Ministerio de Comercio Exterior (antiguo Reglamento 168).
Ese reglamento establece “cosas como que los trabajadores deben informar de sus relaciones sentimentales y amorosas a sus jefes de misión” o que “no pueden tener contacto con personas civiles, nacionales o extranjeros que sean contrarios a la revolución cubana o tengan un pensamiento distinto al modelo socialista”, dijo a Libertad Digital.