La impotencia de no poder hacer llenaba los días de Dámaso Nicomedes Jiménez y Felino Marrero quienes, justo frente a sus casas, veían como el viejo y emblemático terrenito de fútbol en la barriada de Agramonte se había convertido en un potrero y comedero para caballos.
“Hemos vivido con alegría esta revolución que se ha armado en toda la zona que empezó con limpieza de cunetas, resane y recogida de escombros. Llevamos años viviendo en este lugar y nos sorprendimos cuando, a fuerza de pala, se descubrió todo un piso de lajas y racillas, una canal que rodeaba la antigua sala de video y había incluso debajo de la tierra canteros que no se veían. Todo estaba rodeado de manigua”, cuentan y aseguran que desde que comenzó ese movimiento de reanimación se han convertido en los cuidadores del lugar, “para que nadie eche a perder lo que ya se hizo”.
Con un panorama plagado de problemáticas de diversa índole, muchas de ellas solubles, pero, con años a cuestas, la barriada de Agramonte, de la ciudad de Sancti Spíritus, que cuenta con alrededor de 2 900 pobladores, es hoy uno de los asentamientos espirituanos que viven una verdadera revolución como parte de las acciones del Gobierno cubano para transformar la desfavorable situación de algunos sitios.
SALIR DEL LETARGO
No son nuevas las urgencias relacionadas con el mejoramiento de las condiciones de vida, habitabilidad y servicios públicos en esa comunidad, como tampoco lo son los nuevos programas que auspicia el Estado para el amparo de personas y grupos en situación de vulnerabilidad; pero ya lo explicó muy bien el Presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez el primero de octubre durante una reunión con los presidentes de los gobiernos de los 168 municipios del país, así como con los gobernadores y secretarios del Partido Comunista de todas las provincias: “¿Y por qué esto que hicimos ahora no lo hicimos hace años? Porque estábamos en un letargo (…) en un inmovilismo y tenemos que reconocerlo”.
Así lo identifica también Elia Rosa Caballero, la presidenta del Consejo Popular de Jesús María: “Esta primera fase comenzó desde el parque de Agramonte hasta la Cueva de la Virgen, un área bastante extensa donde se les dio vitalidad a consultorios del médico de la familia, viviendas y también las áreas deportivas. En la Circunscripción 29 se realizaron acciones de reparación en la bodega, la carnicería, el sector de la PNR, el parque y el círculo Infantil, además de que se pudo recuperar una vivienda en derrumbe”.
El optimismo rodea a los vecinos y también a Luis García Rodríguez, el delegado de la circunscripción 59, quien ha visto solución a inquietudes de años.
“La antigua sala de vídeo que estaba en desuso es otra cosa, se le entregó al Inder y será una Academia de Ajedrez y se pretende convertir los espacios aledaños en un Área de Referencia de Actividades Físicas Comunitarias, o un combinado deportivo. De hecho, el terreno se cercó y acondicionó para jugar softbol y pelota, se instalarán un gimnasio biosaludable, una cancha de minifútbol, una de baloncesto y otra de voleibol.
“Ha sido vital la participación de los vecinos, del gobierno y de todas las entidades en estas acciones, entre las que también se incluyen mejoras del alcantarillado y saneamiento de redes residuales, la colocación de nuevas luminarias, la recogida de escombros, la nivelación del camino hasta la Cueva de la Virgen que estaba intransitable —sólo falta terminarlo con una base pétrea— y se reanimó el Mercado Agropecuario Estatal, que enfrenta ahora una nueva forma de hacer con la venta de productos del agro elaborados y semielaborados”, explica Luis.
REDUCIR BRECHAS SOCIALES
Dejar atrás la inercia y cerrar brechas sociales marcan el quehacer de los delegados de Agramonte, quienes, entre otros asuntos, se proponen que jóvenes desvinculados regresen al trabajo o al estudio y mejorar las condiciones de vida de 28 núcleos familiares críticos.
“En esa dirección se trabaja y se entregaron camas y colchones a casos sociales, la asistencia social protege hoy a 27 personas, seis de ellas madres con tres hijos o más, al tiempo que se mantiene activado el Grupo de Pprevención dentro del Consejo Popular”, asegura el delegado.
En la agenda de Luis quedan plasmadas insatisfacciones y asuntos pendientes en medio de una transformación que no termina, como resolver el déficit de abasto de agua en toda la zona, completar el alumbrado público en los lugares necesitados, concluir los trabajos de vertimiento de residuales sólidos en Agramonte interior y la urbanización del lugar, entre otros temas.
El programa de transformación de los barrios está diseñado para identificar las necesidades más urgentes de cada lugar, involucrar a las personas en las transformaciones y respaldar proyectos comunitarios con apoyo de organismos e instituciones, experiencia que para que sea completa y práctica, en el caso del Consejo Popular de Jesús María, deberá extenderse a otras zonas vulnerables como el Reparto 26 de Julio y el área del Cabildo.
