Guantánamo.–Iridiana Figueroa guarda en su pecho de pionera una incomparable satisfacción. A sus 11 años de edad, la pequeña confiesa haber vivido en esta jornada del jueves, 11 de noviembre, la mayor de las alegrías.
Sus ojos no lo creían hasta que sucedió. A su escuela, un pequeño centro ubicado en el poblado de La Cecilia (y la única institución educativa del lugar), llegó el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC) y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
«Solo lo había visto por la televisión y ahora aparece así tan cerca. Es un honor muy grande», afirmó justo después de compartir palabras, sonrisas y hasta una fotografía con nuestro Jefe de Estado.
La emoción fue viral en toda la escuela primaria Ángel Ceballo Velázquez, y la maestra Maleisis Rodríguez Mena da fe de ello en nombre del claustro docente, y ¿por qué no?, también de los alumnos: «esta visita será inolvidable, quedará grabada en nuestros corazones para la eternidad».
«Estamos viviendo un día histórico –manifestó Catalina Videaux Kindelán–; tener al Presidente en mi comunidad me hace sentir privilegiada, contenta, y le digo que puede estar convencido de que estamos aquí combatiendo revolucionariamente todas las ilegalidades y provocaciones, siempre firmes, porque con La Cecilia sí se puede contar, pa´ lo que sea».
MOTIVOS PARA EL ENCUENTRO
La llegada de Díaz-Canel a La Cecilia forma parte de un recorrido por el país para comprobar la marcha del programa de atención a las comunidades vulnerables, un propósito que depende del pensamiento y la acción colectivos, expresados en el binomio pueblo-Gobierno para armar en cada barrio un sistema que coadyuve a la solución de las problemáticas que más les afectan.
«Todo este esfuerzo debe partir de lo que ustedes propongan –comentó el mandatario–, sabemos que tenemos males acumulados y que no los podemos resolver de golpe, pero ustedes deciden las prioridades con sus delegados. De ahí lo llevamos a la Asamblea Municipal, participando, y cuando terminemos nos proponemos metas nuevas.
«Hay que arrancarle cada día un pedacito a los problemas, sin crear falsas expectativas, porque el bloqueo existe», añadió Gerardo Hernández Nordelo, coordinador nacional de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), quien acompañó al Primer Secretario del Comité Central del Partido, junto a Roberto Morales Ojeda, miembro del Buró Político del Partido y secretario de Organización y Política de Cuadros del PCC, y a Alejandro Gil Fernández, vice primer ministro y ministro de Economía y Planificación.
Jornada de debate y de entusiasmo devino este jueves, para pensar como país desde el aporte de un asentamiento poblacional con menos de mil habitantes, pero con muchas ganas de convertirse en un sitio más confortable y seguro.
La construcción de unas 106 nuevas viviendas, la protección a 15 mujeres con más de tres hijos y 19 madres solas, el mejoramiento de los viales y de los servicios públicos, el trabajo de prevención social y el fomento de la agricultura como fuente de empleo y autoabastecimiento, conforman el plan previsto para generar el esperado cambio en el poblado de La Cecilia.
Lo mejor es que más allá del papel se ven los resultados. Raúl Leyva Rodríguez, delegado de la circunscripción 99, expresó el agradecimiento por la nueva imagen de esta comunidad: el ordenamiento urbanístico, la recuperación del drenaje, la restauración de la escuela, las redes hidráulicas, el parque infantil, y la rehabilitación de los viales.
«De 26 planteamientos históricos que tenía aquí, solo me quedan tres, y vamos a solucionarlos de conjunto con la Empresa Constructora Integral Guanco, también responsable de finalizar 47 viviendas para los pobladores que residen en zonas susceptibles de inundaciones», explicó Leyva Rodríguez.
Díaz-Canel insistió en jamás dejarnos vencer por el conformismo. «La Cecilia tiene tierras cultivables, que deben explotarse más, ahí se puede contratar la fuerza laboral hoy desempleada. Ese paso será vital para aumentar rendimientos, garantizar suministros de alimentos y generar riquezas para satisfacer las necesidades materiales individuales y colectivas», dijo.
Conmovido por la gratitud de los lugareños y por el recibimiento de madres, niños, jóvenes y adultos, el Presidente recorrió las principales instituciones de la localidad: una minindustria capaz de garantizar recursos para construir una vivienda al mes; la escuelita, donde se interesó por el curso escolar y la atención diferenciada a los alumnos; el consultorio médico y la clínica estomatológica; el comedor familiar; la panadería, y varias casas.
Indagó por los avances en la vacunación y la situación epidemiológica, cuyo control es determinante para seguir adelante: «Tenemos vacuna, tenemos seguridad, iniciamos el curso escolar sin contratiempos, abriremos al turismo y la economía se irá recuperando de a poco, pero necesitamos de todos, poniéndole corazón a Cuba, viendo quién tiene necesidades, porque hay que atender a aquellos que más lo requieran, y apoyar la asistencia que brinda el Estado mediante los trabajadores sociales», recomendó.
El Jefe de Estado enfatizó en que la clave está en el activismo y en el control popular ahora, para que cada comunidad sea dueña de su destino. De hecho, aún hay tiempo para rectificar cualquier deficiencia y pensar alternativas desde las asambleas de rendición de cuentas, como momento clave para pensar soluciones sostenibles acordes con las posibilidades y potencialidades internas.
EL DORADO EN LA JABILLA
El Primer Secretario del Partido se interesó, además, por los mecanismos que usan los guantanameros para mitigar los efectos de la salinidad en los suelos y garantizar en zonas como La Jabilla el incremento de la producción de alimentos, con la aplicación de la ciencia y la técnica.
En la finca La María Elena, situada en la carretera Guantánamo-Caimanera, Pedro Manuel Dorado Matos, dueño de las tierras, expuso los resultados en la siembra de viandas.
Con 33 hectáreas, de ellas 18 dedicadas a cultivos varios, el destacado productor innova en la plantación de plátano burro; y gracias a la ejecución de técnicas agroecológicas, en un espacio, donde generalmente cultivaba 625 matas, tiene más de mil, intercaladas con otras de la variedad enano guantanamero. Ello permite un rendimiento por encima de las 45 toneladas al mes.
El compromiso de Manuel con el llamado de la máxima dirección del país, la provincia y el municipio, lo llevó a explorar nuevos métodos agrícolas, y ahora no solo tiene más frutos y ganancias, sino que apuesta por una mayor soberanía con la obtención de semillas propias, adecuadas a las condiciones del medio.
Díaz-Canel se interesó, además, por la comercialización de las producciones y el cumplimiento del pago de la cooperativa de créditos y servicios Enrique Campos Caballero, así como por la implementación de las 63 medidas aprobadas en el país para dinamizar el sector agrícola en los campos y tener más alimentos.
Dijo que las formas productivas deben convertirse en una suerte de escuelas, para explicar los beneficios y particularidades de las nuevas resoluciones y flexibilizaciones que se han implementado, y así estimular el incremento de las producciones, optimizar los resultados económicos y que el hombre de campo viva orgulloso del fruto de su trabajo.
El Presidente reconoció que la provincia, junto a Granma, está entre los territorios que despuntan en el fomento de la siembra de plátano, alimento de alta demanda y valor; sin embargo, aún se puede continuar diversificando más el sector agrícola, aprovechando las zonas cañeras para incorporar nuevas ofertas al pueblo, y también para la exportación.
Durante su estancia en Guantánamo, el Presidente se hizo acompañar por las máximas autoridades de la provincia: el miembro del Comité Central y primer secretario del Partido en el territorio, Rafael Pérez Fernández, y el gobernador Emilio Matos Mosqueda, así como por representantes de distintos sectores de la economía y de las organizaciones políticas y de masas.