Una investigación del Pentágono sugiere no tomar medidas disciplinarias contra el ataque con dron que el ejército estadounidense llevó a cabo en Kabul, Afganistán, el 29 de agosto último, y que le costó la vida a diez civiles, entre ellos siete niños.
Justificó ese criterio afirmando que esa acción no fue causada por mala conducta o negligencia porque no se detectó fallas en la comunicación y en el proceso de identificación y confirmación del objetivo del bombardeo, informa la agencia Russia Today.
El teniente general de la Fuerza Aérea, Sami Said, a cargo de la investigación dijo: «Como admitió anteriormente el Departamento de Defensa, el ataque se cobró la vida de diez civiles, entre ellos tres hombres y siete niños» pero ello sucedió en defensa propia y no se incurrió en violación de la ley, incluidas las reglas de la guerra.
A criterio del coronel retirado de EE. UU. y analista político-militar, Eric Rojo, este informe forma parte de la línea general de eximir de culpa a los involucrados en la retirada de las tropas.