Si pudieran verse como yo los veo, como tantos los vemos: versiones del “retrato de Dorian”, cayéndose a pedazos la carne que los envuelve, desnuda su esencia carroñera…
Si pudieran verse a sí mismos desde afuera, cuando pierden todo sentido del ridículo. Cuánto patetismo, chatura, vulgaridad, ignorancia…
Da hasta vergüenza ajena describirlos, o nombrarlos. NO aportan nada a la construcción de algo perdurable; algo humano, una gota del bien.
Cualquier escenario escandaloso para “monetizar” y para cumplir su rol: “Google es comunista, abajo el Papa, somos pacíficos”, con el sonsonete del odio histérico dictando sapos y culebras: El circo amplificado.
Y cerca o junto: los desdibujados, los suplentes, los silentes, los por si acaso. Por si acaso me señalan, por si acaso un premio, publicación, viaje, algo que ganar.
Y cerca o junto: los aliados variopintos. El delincuente, el mediocre, el oportunista, el manipulador, el asesino…
Los vemos tal y como son en realidad. El curso de la vida seguirá, en Cuba y en el mundo, y lo hará sin ustedes, Dorians.
(Tomado de La pupila insomne)