Par de bambinazos consecutivos en la séptima entrada le dieron la victoria a los Bravos de Atlanta 3×2 frente a los Astros de Houston, en un espectacular partido que los pone a solo una victoria de alzarse con el trofeo de la Serie Mundial.
Uno de ellos, el que marcó la ventaja definitiva, fue conectado por Jorge Soler empuñando como emergente, algo que ningún pelotero nacido en la isla había podido hacer jamás en postemporadas.
Los Astros salieron impetuosos y no demoraron en expulsar del box al abridor rival. Par de boletos y un sencillo que congestionaron las almohadillas en el mismo primer episodio mandaron a la cueva a Dylan Lee, quien se acababa de convertir en el primer serpentinero de toda la historia de las Grandes Ligas en hacer la primera apertura de su carrera en un partido de Serie Mundial.
Una rolata por el cuadro del boricua Carlos Correa frente a un envío del relevista Kyle Wrigth le puso número a la casa y si no ocurrieron males mayores fue porque el jardinero central Kyle Tucker abanicó la brisa para ceder el tercer out con dos compañeros en posición anotadora.
Hubo que esperar hasta el cuarto capítulo para que la tropa de Dusty Baker marcara otra rayita cuando el “pequeño gran hombre”, José Altuve, desapareció la pelota por el mismo jardín central con los sacos vacíos. Este fue el cuadrangular número 23 del venezolano en postemporadas, para quedarse solo en el segundo lugar histórico entre los máximos jonroneros en esas lides.
Cerrando el segundo tercio de juego los Bravos alteraron a su fanaticada cuando abrieron las puertas del plato. Doblete de Eddie Rosario y boleto a Freddie Freeman sacaron del montículo al relevista Brooks Raley, y Austin Riley pegó cohete impulsor a su sustituto Phil Maton.
Así quedó la escena lista para que los aires cambiaron en el Truist Park. Los estacazos de vuelta completa de Dansby Swanson y de Soler a costa de los envíos del dominicano Cristian Javier, le aguaron la fiesta a sus adversarios y sentenciaron el partido.
La victoria fue a los récords de Tayler Matzek al trabajar una entrada sin permitir libertades y el taponero Will Smith se anotó el salvamento retirando a los tres contrarios que enfrentó, liquidando por la vía amarga a uno de ellos.