El 10 de agosto fue retenida durante al menos 12 horas en la unidad y cárcel de la Seguridad del Estado ubicada en el reparto Versalles, en Santiago de Cuba, provincia de la que es originaria y en la que residía.
Durante el arresto, los agentes le decomisaron una computadora, un trípode y otras pertenencias, imprescindibles para realizar su labor de reportera ciudadana.
Cuando trascendió la noticia de su detención, varias personalidades pidieron su liberación, entre ellas, los congresistas estadounidenses Carlos Giménez, María Elvira Salazar, Mark Green y Mario Díaz-Balart.
Tras su liberación, Fernández agradeció todas las muestras de apoyo y solidaridad.
“Intentaron anularme y ya no era Ruhama Fernández sino la reclusa 560, pero un pueblo con voz de trueno hizo sonar mi nombre más alto que sus patrañas. Gracias por el #FreeRuhama. Gracias por su unidad, sabía que no estaría sola. Pero esto no acaba acá, siguen muchos presos #SOSCuba”, escribió la youtuber el 11 de agosto en un tuit que aún hoy aparece fijado en su perfil de Twitter.
Fernández se encontraba con prohibición de salida de Cuba desde agosto del 2020. Testimonios de activistas y opositores aseguran que el régimen busca levantar la regulación migratoria de varios ciudadanos que le resultan incómodos, previo compromiso de que abandonarán el país.