Los convocados en el Vaticano fueron mayormente cubanos residentes en Italia y otros países europeos. También acudió el presentador e influencer Alexander Otaola, radicado en Miami, que tras exigir la presencia de un miembro del clero del Vaticano para que explicara las causas de la negativa de entrada lamentó que estuviese prohibido “entrar con la insignia de tu país, de tu patria, del lugar donde naciste”.
“Esto es una verdadera vergüenza y es discriminatorio”, alegó el influencer.
La Guardia de la Santa Sede explicó a los cubanos que no les permitían la entrada porque habían recibido información de que podían estar vinculados a un intento de atentado en la Plaza de San Pedro. Luego, un cardenal enviado para atender los reclamos de los manifestantes accedió a que sólo entraran 50, pero con las condiciones de que no portaran banderas ni corearan consignas.
Los cubanos querían presenciar el Ángelus matutino de este domingo, una misa en la que es común ver enseñas y símbolos patrios entre el público.
El pasado 18 de julio, el papa Francisco se pronunció en esta misa sobre la actualidad de Cuba a raíz de las protestas ocurridas siete días antes y aseguró que ponía sus oraciones en Dios para que se construyera en paz, diálogo y solidaridad una sociedad cada vez más justa y abierta en la isla.
Desde la Santa Sede, el obispo de Roma dijo estarse “cerca del querido pueblo cubano en estos momentos difíciles”, especialmente de las familias, que “en su mayor parte son quienes sufren”.
Las palabras de Francisco fueron pronunciadas mientras en la plaza de San Pedro algunos exhibían banderas de la isla, un acto que hoy les fue negado a los cubanos bajo argumentos que no les convencieron.