El Gobierno boliviano consideró nula la respuesta al llamado a un paro nacional por parte de sectores de la derecha, contra una iniciativa legal ya retirada del Legislativo por las autoridades, informa Prensa Latina.
La convocatoria a la movilización ante el proyecto de Ley Contra la Legitimación de Ganancias Ilícitas y el Financiamiento del Terrorismo «resultó un total fracaso», destacó el ministro de Obras Públicas, Edgar Montaño.
El pedido de elementos opositores de cesar las actividades el jueves «tenía un carácter político y era dañino para la reconstrucción de la economía del pueblo», añadió el titular.
Según Montaño, el fracaso de la huelga se debió a la socialización de la norma en la población, y a que entendió que el Gobierno nacional «nunca permitirá afectaciones a los derechos de los gremiales, transportistas y otros sectores».
«Las actividades se mantienen con normalidad en todo el país. Nos sentamos con transportistas, cooperativas, federados, y acordamos reconstruir cada día el país, así que no le creyeron esa mentira a la oposición», aseveró.
El senador Luis Adolfo Flores, por su parte, coincidió con el Ejecutivo en calificar de fracaso el paro y reiteró la voluntad oficial para dialogar con todos los sectores.