La Revolución levanta pasiones, a favor y en contra, y entendemos, por supuesto, que haya personas que no coincidan con nosotros. Pero que ese sentimiento no se trastoque en odio, en resentimiento.
Aun en la discrepancia, aun en la confrontación, seamos capaces de salvar lo mejor de nuestra naturaleza, de nuestro carácter, seamos capaces del amor, no del odio; seamos capaces de construir un mejor país, sobre la base de ese pacto social, fruto de un consenso, que tiene en la Constitución vigente su expresión más acabada.
Nos vemos esta noche, ahora en el nuevo horario antes de la telenovela.