La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) lanzó este sábado la sonda Lucy a bordo del cohete Atlas 5, destinada a estudiar durante 12 años asteroides troyanos o fósiles geológicos atrapados por Júpiter, que podrían aportar información sobre los orígenes planetarios.
Se trata de 10 000 objetos rocosos (unos 6 000 llamados griegos y otros 4 000, troyano) que orbitan alrededor del Sol en dos enjambres: uno frente al planeta gaseoso y otro detrás de él.
Los científicos creen que son restos de material primordial que formaron los planetas exteriores del sistema solar, por lo que esperan que el acercamiento de Lucy explique cómo se formaron los planetas hace unos 4 500 millones de años y qué dio forma a su configuración actual.
La NASA señala que esas rocas son ricas en compuestos de carbono y pueden incluso proporcionar nuevos conocimientos sobre el origen de los materiales orgánicos y la vida en la Tierra.
“Los asteroides troyanos son restos de los primeros días de nuestro sistema solar, son los fósiles de la formación de planetas”, dijo el investigador principal de la misión, Harold Levison, del Southwest Research Institute en Boulder, Colorado.
Los expertos creen que los asteroides troyanos más grandes conocidos hasta ahora, llamados así por los guerreros de la mitología griega, medirían hasta 225 kilómetros de diámetro.
La NASA informó que la nave, que partió desde la Estación de la Fuerza Aérea de Cabo Cañaveral, en Florida, debe iniciar su tarea en 2025, y prevé que la investigación concluya dentro de 12 años.
Ninguna otra misión científica había sido diseñada en la historia para visitar tantos objetos diferentes y que orbitaran, destacó la organización.
La sonda Lucy también hará historia en los vuelos espaciales. Según la NASA, seguirá una ruta que gira de regreso a la Tierra tres veces para recibir asistencia gravitacional y será la primera nave espacial en volver a las cercanías de este planeta desde el sistema solar exterior.
La sonda utilizará propulsores de cohetes para maniobrar en el espacio y dos paneles solares redondeados, cada uno del ancho de un autobús escolar, para recargar las baterías que alimentarán los instrumentos contenidos en el cuerpo central.
Cuando Lucy termine su misión, en 2033, la nave seguirá viajando entre los asteroides troyanos y la órbita de la Tierra durante al menos varios cientos de miles de años más. Y, si todo va bien, indica la agencia espacial, el cohete podría mantenerse durante millones de años.