Luis Daniel del Risco, directivo de la Federación Cubana de Beisbol (FCB) que viajó a México para vigilar al equipo nacional en el Mundial Sub-23, no se recupera de la histórica fuga de 12 peloteros de la delegación oficial.
“Uno se sorprende, porque no estamos acostumbrados a que una gran cantidad de atletas se fueran”, dijo el funcionario del régimen a la agencia de noticias AFP.
“Sabíamos el juego que llevábamos, toda la incidencia que iban a tener, pero no teníamos la certeza de que pudiera ocurrir así”, añadió Luis Daniel del Risco.
La semana anterior, el funcionario aseguró a punto de llorar en declaraciones a la televisión cubana, que con el récord de abandonos en México “querían destruirnos, querían que el beisbol [cubano] pasara del 12 lugar que tiene en el ranking… querían acabar con el beisbol cubano”.
Afirmó que los deportistas que no escaparon “demostraron que sí se puede, demostraron que podemos seguir luchando, independientemente de la situación hostil que tuvimos, de las deserciones…”
Del Risco y sus colegas deberían asombrarse menos por que los jugadores escapen de la órbita del Estado comunista buscando mejor futuro personal y profesional, porque esto sucede desde hace más de treinta años.
Entrevistado por AFP, el periodista especializado Francys Romero calificó el torneo recién concluido como “El mundial del abandono”, y añadió que no es nuevo el fenómeno de escapar de un equipo en una competencia internacional.