Los sentimientos de gratitud y admiración hacia la labor del contingente internacional de médicos especializados en situaciones de desastre y graves epidemias “Henry Reeve” han alzado a nivel internacional una gran campaña para galardonarlo con el Premio Nobel de la Paz.
Aunque el Comité del Premio Nobel no ha fallado a favor de los colaboradores cubanos, una iniciativa de 100 organizaciones y más de 40 000 personas en Estados Unidos, decidió reconocer a través del Premio a la Paz de los Pueblos (People’s Peace Awards) a esos médicos cubanos que han brindado su apoyo en el enfrentamiento a la COVID-19 en diversas partes del mundo.
Al respecto, la cofundadora de la organización pacifista Code Pink, Medea Benjamin, señaló que el premio destaca “la increíble solidaridad, humanismo y valores que demostraron por tantos años”.
“Durante esta pandemia de Covid-19 nos ha inspirado mucho ver cómo el personal médico de una isla pequeña bajo un bloqueo criminal arriesgó sus propias vidas para salvar otras en distintos países a lo largo del mundo”, expresó.
El contigente Henry Reeve, creado en 2005 por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, ha cumplido misiones en multitud de países como Pakistán, Haití e Indonesia durante catástrofes naturales. Fue también de los primeros en ofrecer ayuda contra la epidemia de Ébola en África en 2014; labor reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) con el Premio de Salud Pública Dr. Lee Jong-Wook.
En estos años de pandemia, la colaboración altruista de los médicos cubanos, se ha extendido a todos los continentes en la lucha contra la COVID-19, incluidos países desarrollados como Italia, que sufrió una grave crisis sanitaria.
Así que su trabajo es ampliamente reconocido a nivel mundial y muestra de ello es la campaña para otorgarles el Premio Nobel de la Paz, y este nuevo premio, que se recibe con la satisfacción de haber cumplido con su humana labor.
