Los ensayos clínicos de las vacunas contra el coronavirus, así como los planes de inoculación posteriores a nivel mundial, se han desarrollado con los grupos poblacionales mayores de dieciocho años. A mediados de 2021 comenzaron los análisis dirigidos a los infantes.
¿Por qué se han priorizado a nivel internacional los ensayos clínicos en la población adulta? El procedimiento de los candidatos vacunales para diferentes padecimientos comienza en general con estudios en adultos y luego se pasa a edades menores. Esto se debe a que la seguridad y tolerancia a los fármacos no se comporta de la misma forma en niños respecto a la población mayor de edad.
Una vez comprobada la seguridad, efectividad y eficacia en las vacunas contra la COVID-19 en adultos, con más de tres mil millones de personas vacunadas en todo el mundo, se han podido impulsar los ensayos clínicos para la población infantil. A la par, muchos países avanzados en el proceso de vacunación comienzan a reanudar las clases presenciales.
Sin embargo, algunos padres se muestran escépticos o preocupados ante la posibilidad de enviar a sus hijas e hijos a las escuelas antes de estar vacunados. Cuba no ha sido la excepción.
El ensayo clínico de Soberana 02 en la población pediátrica entre tres y once años comenzó en junio de 2021, luego de ser probada la seguridad del fármaco en adolescentes entre doce y dieciocho años, según dio a conocer el Instituto Finlay de Vacunas (IFV). El esquema consta de dos dosis de Soberana 02 con un espacio de veintiocho días, y una tercera de Soberana Plus el día cincuenta y seis.
“En el Instituto Finlay a lo que nos dedicamos fundamentalmente es a los niños, porque nuestras vacunas van dirigidas a la población pediátrica; y, aunque [si] hacemos ensayos en adultos generalmente, es porque se desescala en edad: primero en adultos, una vez [que] se han probado en animales, y después en edades pediátricas”, explicó la doctora Meiby Rodríguez, directora de Investigaciones Clínicas del IFV.
Rodríguez afirmó que la plataforma tecnológica usada en Soberana 02 ha sido desarrollada durante más de quince años para diversos candidatos vacunales en el IFV, por lo que constituye una plataforma segura, conocida y con amplia evidencia de desempeño.
El Instituto publicó el 6 de septiembre los resultados del ensayo clínico en menores de edad con Soberana 02. Respecto a los eventos adversos, el 94,6 % fue de intensidad leve, solo un 5,4 % de intensidad moderada y no se reportaron reacciones severas. De tipo local, la reacción secundaria de mayor frecuencia en los niños de tres a dieciocho años fue dolor (41.1 %). Otras efectos locales reportados en los niños y adolescentes fueron aumento de volumen en el lugar de la inyección, calor local, eritema e induración (todos con frecuencia inferior al 1 %) y solo en el subgrupo etario de tres a once años. De tipo sistémico, el evento más frecuente fue el malestar general en tres adolescentes (0.9 %).
“Estos resultados demuestran que la vacuna Soberana 02 es segura para su administración en niños y adolescentes; y que el patrón de seguridad global es similar a los adultos”, apunta el informe.
El texto señala, además, que luego de dos dosis de Soberana 02, el 99,3 % de los niños de tres a once años y el 92,9 % de los de doce a dieciocho años tuvieron una respuesta de anticuerpos que supera en cuatro veces el nivel prevacunación (seroconversión). La respuesta inmune es superior al 50 % desde los catorce días posteriores a la segunda dosis para la Fase I/II de tres a dieciocho años y se alcanza más de un 90 % de seroconversión para la respuesta de anticuerpos específicos anti-RBD después de la segunda dosis para ambos grupos etarios.
Ante las dudas sobre la aplicación de Soberana 02 en los menores de doce años, cuando vacunas como Pfizer aún no están autorizadas para inocularse en este grupo poblacional, la doctora Dagmar García Rivera, directora de Investigaciones del IFV, aclaró en Twitter: “La vacuna de Pfizer/BioNtech no está autorizada < 12 años porque es de RNA, nunca antes usada en niños. #Soberana02 es proteica y conjugada, plataforma usada por décadas en niños y ya tiene resultados en 3-18 años. La diferencia es técnica, no política”.
El 3 de septiembre el Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (Cecmed) aprobó la Autorización de Uso en Emergencia (AUE) para la vacuna cubana Soberana 02 en la población entre dos y dieciocho años de edad. El organismo informó que se demostró el cumplimiento de los requisitos exigidos en cuanto a calidad, seguridad e inmunogenicidad para este grupo poblacional sustentado sobre la base de los resultados de los ensayos clínicos.
“Los resultados obtenidos en el estudio en población pediátrica fueron superiores en todas las variables inmunológicas respecto a la población adulta de diecinueve a ochenta años y similares comparado con el subgrupo de adultos jóvenes entre diecinueve y veintinueve años. El perfil de seguridad evidenciado fue similar entre los grupos comparados. El Cecmed realizó inspecciones a los sitios clínicos donde se realizó el ensayo clínico, verificando el cumplimiento de las Buenas Prácticas Clínicas durante la ejecución del ensayo”, refiere la nota del organismo.
La inmunización en edades pediátricas se inició en Cuba el 5 de septiembre. El proceso se desarrolla en formato de campaña de vacunación (como la antipolio): de manera intensiva y con una gran cantidad de menores vacunados en poco tiempo. El cronograma establece la vacunación con Soberana 02 de los niños de doce a dieciocho años entre el 5 de septiembre y el 5 de noviembre, y entre el 15 de septiembre y el 15 de noviembre a los menores de dos a once años. Los estudiantes de 12 grado comenzaron la inoculación con Abdala el 3 de septiembre y se extenderá hasta el 4 de octubre.
¿Cómo marcha la vacunación infantil en otros países?
La investigación en Estados Unidos con la vacuna de Pfizer-BioNTech en niños entre doce y quince años arrojó una efectividad del 100 % en la prevención del virus. Los efectos secundarios más frecuentes reportados coinciden con los de los adultos: dolor en el lugar de la inyección, fatiga, dolor de cabeza, escalofríos, dolor muscular, fiebre y dolor articular. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) dio autorización para uso de emergencia de la vacuna en este grupo etario, pero aún están en curso los ensayos de las vacunas para los niños más pequeños.
Según declaraciones del Doctor Scott Gottlieb, miembro de la junta del fabricante de vacunas COVID-19 Pfizer, los datos para obtener la autorización en niños de cinco a once años serán presentados “en algún momento de septiembre”. La solicitud para un uso de emergencia de la vacuna se hará “potencialmente a partir de octubre”. “Eso nos colocará en un marco de tiempo en el que las vacunas podrían estar disponibles en algún momento a fines del otoño, más probablemente a principios del invierno, dependiendo de cuánto tiempo demore la FDA en revisar la solicitud”.
Luego de la aprobación de la FDA, los ensayos pasan al Consejo Asesor sobre Prácticas de Inmunización de los Centers for Disease Control and Prevention (CDC). El comité elabora una recomendación sobre la entrega, el almacenamiento, el tiempo, la distribución y la administración del fármaco. La recomendación se hace oficial una vez que el director de los CDC la revisa y aprueba.
La Dra. Rochelle Walensky, directora de los CDC, informó que la vacuna Pfizer debe estar disponible para los niños este mismo año. Los datos para los infantes entre dos y cinco años podrían llegar poco después que los de los niños mayores. La multinacional farmacéutica Pfizer afirmó a CNN que potencialmente podría tener suficiente investigación para octubre o noviembre en el caso de los niños más pequeños.
Los estudios con Moderna también se encuentran en curso, aunque con unos meses de retraso en comparación con los de Pfizer. Moderna espera tener suficientes datos para fines de 2021 que le permitan solicitar la autorización en el caso de los niños entre seis y once años. Los datos de los menores de seis años podrían enviarse a la FDA a inicios de 2022.
Los ensayos pediátricos en Estados Unidos apuestan por combinar las fases II y III con el objetivo de efectuar más pasos en conjunto: monitoreo de seguridad, respuesta del sistema inmunológico, etcétera. Participan miles de niños; una parte recibe la vacuna y la otra un placebo; seguidamente se comparan los resultados. Todos los estudios tienen en cuenta los resultados en adultos al iniciar un ensayo pediátrico riguroso.
A su vez, se prueba con dosis menores a las aplicadas a los adultos, puesto que los niños “tienen un sistema inmunológico muy activo y receptivo, por lo que sospechamos que dosis más pequeñas de vacuna desencadenarán una respuesta adecuada en un niño para combatir con éxito la infección”, explica la Dra. Emily Chapman, vicepresidenta senior y directora médica de Children’s Minnesota. Los resultados preliminares con Pfizer indican que un tercio de la dosis para adultos es el rango óptimo para niños entre cinco y doce años.
La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) aprobó la vacuna Pfizer para mayores de doce años en mayo, luego de que un estudio encontró una respuesta inmune similar en este grupo poblacional que la presentada en los de dieciséis a veinticinco años. También se reportaron los mismos efectos secundarios comunes.
A finales de julio la EMA sumó la autorización para la vacuna Moderna en adolescentes entre doce y diecisiete años, después de concluir los ensayos de investigación con dicho grupo etario, en los cuales se evidenció que la eficacia del fármaco fue similar a la de los adultos. Las reacciones secundarias usuales también coincidieron: dolor e hinchazón en el lugar de la inyección, cansancio, dolor de cabeza, dolor muscular y articular, agrandamiento de los ganglios linfáticos, escalofríos, náuseas, vómitos y fiebre. Para los menores de doce años en el continente europeo aún no ha sido aprobada ninguna de las vacunas existentes.
En el caso específico del Reino Unido, la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios (MHRA) autorizó a inicios de junio el uso de Pfizer en menores de doce a quince años. El pasado mes de agosto, la MHRA dio el visto bueno para el uso de la vacuna Moderna en adolescentes entre doce y diecisiete años, al afirmar su seguridad y eficacia en este grupo de edad.
En América Latina, México, Brasil, Chile y Canadá han aprobado el uso de la vacuna Pfizer para niños mayores de doce años. Otros países como Suiza, Israel, Dubai, Filipinas, Japón y Emiratos Árabes también han autorizado la inoculación de jóvenes entre doce y quince años con el propio fármaco.
China aprobó el 5 de junio la vacuna Sinovac para uso de emergencia en niños de tres a diecisiete años. Indonesia, por otro lado, autorizó el uso de Sinovac en el grupo poblacional de doce a diecisiete años. Recientemente, el Instituto de Salud Pública de Chile (ISP) autorizó el uso de emergencia de la vacuna Sinovac en niños mayores de seis años. El ISP, además de conocer los datos del estudio chino publicados en la revista médica británica The Lancet, accedió a un manuscrito que indica que “el 100 % de los niños sí produjo anticuerpos, lo que es muy bueno, porque permite terminar con la transmisión viral”, comentó el doctor Heriberto García, director del Instituto.
Las pediatras Anna Sick-Samuels y Allison Messina, del Johns Hopkins Children’s Center y del Johns Hopkins All Children’s Hospital, aconsejan vacunar a los menores ya que, si bien la COVID-19 en los niños a veces es más leve que en los adultos, algunos pueden contraer infecciones pulmonares graves, enfermarse seriamente y requerir hospitalización. También existe la posibilidad de complicaciones como el síndrome inflamatorio multisistémico que puede requerir cuidados intensivos, o presentarse síntomas duraderos que afectan la salud y bienestar de los niños. Aunque es más raro que suceda en comparación a los adultos, el virus también podría causar la muerte en los infantes.
“La vacunación contra el COVID-19 puede ayudar a evitar que surjan otras variantes: desde el comienzo de la pandemia, el coronavirus SARS-CoV-2 que causa el COVID-19 ha mutado. Una de estas variantes, la delta, es más contagiosa que las versiones anteriores del coronavirus. Los casos de COVID-19 están aumentando entre los niños y la variante delta parece estar influyendo. La reducción de la transmisión viral mediante la vacunación también reduce la posibilidad de que el virus mute en nuevas variantes que pueden ser aún más peligrosas”, agregan las expertas.