El comienzo de la vacunación en edades pediátricas, en días recientes, constituyó un importante paso de avance en la protección contra la COVID-19 de este grupo poblacional vulnerable.
Pero, al igual que sucede en los adultos, la inmunización de los más chicos hay que acompañarla de manera responsable, insistió durante la conferencia de este viernes, la doctora Lissette López González, jefa del Grupo Nacional de Pediatría del Ministerio de Salud Pública (Minsap).
La especialista exhortó a la familia a mantener la disciplina como elemento principal durante el proceso de vacunación. En primer lugar, refirió que los niños deben llegar a la inmunización aptos de salud, para garantizar una buena evolución y respuesta inmune.
Luego, –continuó– disciplina en el momento mismo de la vacunación con el distanciamiento correcto, el uso del nasobuco y el mantenimiento de la higiene de las manos, durante la estancia en los sitios escogidos para el proceso.
Asimismo, subrayó la necesidad de seguir también el camino de la disciplina una vez vacunados, para evitar el contagio con la COVID-19 en medio de la aplicación del inmunógeno, porque «una dosis es el inicio del camino de la inmunización, pero una dosis no nos protege de la enfermedad, y si en estos intervalos de dosis los niños se enferman salen del esquema de vacunación», advirtió.
ALERTA ANTE EL INCREMENTO DE LA OBESIDAD Y LA HIPERTENSIÓN ARTERIAL EN LOS MENORES
La Jefa del Grupo Nacional de Pediatría del Minsap señaló que una de las evidencias clínicas que más ha llamado la atención a los especialistas médicos, durante los chequeos previos a la vacunación, es la detección de una cifra considerable de menores de edad con obesidad e hipertensión arterial.
Precisó que en general en el mundo –y en Cuba, por supuesto– se ha incrementado, durante el periodo de confinamiento, el fenómeno de la obesidad, que trae aparejado, entre otros padecimientos, la hipertensión arterial.
Al respecto alertó que la obesidad es uno de los factores que vuelven más vulnerables a los pacientes en edades pediátricas ante la COVID-19. Muestra de ello es que en los menores graves y críticos que han transitado por nuestras salas de cuidados intensivos, el factor de riesgo más predominante ha sido el sobrepeso.
Por ello, es preciso estimular hábitos de vida saludables durante el periodo de la pandemia, recomendó.
Desde marzo de 2020 hasta la actualidad, en Cuba se han diagnosticado más de 140 960 casos pediátricos, de ellos unos 9 400 menores de un año de vida.