Si en el mundo del deporte existe una verdad absoluta, como que dos más dos son cuatro, es que Omara Durand es la reina de la velocidad en Juegos Paralímpicos.
La santiaguera conquistó este lunes (hora de Cuba) su sexto título en citas estivales y tercero en la vuelta al óvalo.
Omara había paseado la distancia en semifinales con tiempo de 55.33 segundos, mientras que en la final llegó a la meta en 52.58, su mejor registro de la temporada.
Desde el mismo inicio de la prueba la cubana, junto a su guía Yuniol Kindelán, tomaron la delantera, relegando al segundo lugar a la ucraniana Oksana Boturchuk (55.33) y al tercero a la venezolana Alejandra Pérez (57.06).
Durand inicia así otra cadena de triunfos. En Londres-2012 capturó el oro en cien y en 400 metros, en la categoría T-13, débil visual. Cuatro años después, en Río de Janeiro, ya en la clasificación T-12 (débil visual profundo) completa la hazaña de ganar las medallas doradas en cien, 200 y 400 metros.
Triunfó en el Campeonato Mundial de Dubai, en los Emiratos Árabes Unidos-2019, con 23.57 en los 200 metros, que fuera el mejor del año, de donde regresó lesionada, y reiniciaba su preparación el pasado febrero, pero tuvo que variarla por la COVID. También dominó en los cien al cronometrar 11.66 segundos, para mantenerse invicta en estas lides del orbe desde Christchurch, Nueva Zelanda-2011. Lideró, igualmente, los mundiales de Doha, Catar-2015 y en Londres-2017. Lleva una década sin perder en un evento.
Confesó a Granma que «mi preparación es muy fuerte, ya que asumiré tres distancias. Sin embargo, el toque de ingenio que ha puesto mi entrenadora Miriam Ferrer, muy talentosa, y el trabajo de Yuniol Kindelán, hacen que yo salga triunfante».
Dueña de marcas personales de 11.40 segundos en cien metros; 23.03 en los 200 y 51.77 en los 400 la convierten en una deportista excepcional.