Cuba retomará el curso escolar 2020-2021 el 6 de septiembre de forma presencial tras más de un año de mantenerlas a distancia. El hecho se producirá si las condiciones epidemiológicas lo permiten, según informó este jueves el viceministro de Educación, Eugenio González.
González declaró a la emisora Radio Reloj que del 30 de agosto al 3 de septiembre los profesores se prepararán para retomar las clases presenciales, reajustadas varias veces por la situación sanitaria, que ahora mismo no es la mejor. El país vive el peor rebrote del virus.
Cerca de 400 instituciones educacionales se usan como centros de aislamientos, cientos de maestros laboran para el buen funcionamiento de los mismos. #PonleCorazónPorCuba #VivaCuba #CubaSalvaVidas @PresidenciaCuba @DiazCanelB @MMarreroCruz @JorgeLuisPerd20 @jlbroche
— Ena Elsa Velázquez Cobiella (@elsa_ena) July 30, 2021
En mayo, la ministra cubana de Educación, Ena Elsa Velázquez, había afirmado en la televisión estatal que el actual período lectivo debe concluir el 22 de enero de 2022 y dar paso el 31 de enero a la próxima etapa 2021-2022.
La titular recordó que el curso escolar 2020-2021 comenzó en la mayoría de los territorios del país el 2 de noviembre de 2020 -en unos territorios presencial y en otros a distancia- pero se ha extendido debido a la COVID-19.
En abril de 2020, las instituciones educativas cubanas, desde escuelas hasta universidades, reemplazaron las clases presenciales por lecciones televisivas y en línea.
El pasado otoño los centros de enseñanza en las provincias menos afectadas retomaron las clases presenciales, pero el último rebrote de finales del año pasado supuso la vuelta a la educación a distancia en todo el país.
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Cuba atraviesa actualmente por el peor momento de la pandemia con reportes de más de 8000 casos diarios y elevadas cifras de fallecidos, lo que sitúa al país como uno de los cinco del mundo con mayor incidencia del virus en este momento.
Los expertos han señalado entre las causas del rebrote el “cansancio pandémico”, la consiguiente caída de la percepción de riesgo, las aglomeraciones callejeras producto de la escasez de alimentos y la circulación de nuevas variantes con mayor transmisibilidad, como ocurre con la variante Delta.
Efe/OnCuba
