A causa, principalmente, de la sobreexplotación de las industrias camaroneras, más del 50 % de los manglares en el mundo han desaparecido en los últimos 40 años, según estimados de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
Tales datos, reseñados por el sitio web del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma), llaman la atención sobre la necesaria y urgente protección de estos hábitats que, desde hace cinco años, concitan mayores cuidados, al aprobarse, a partir de 2016, por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, el 26 de julio como Día Internacional de la defensa del Ecosistema Manglar.
De acuerdo con la nota del Citma, la fecha fue escogida en memoria del activista Hayhow Daniel Nanoto, quien murió de un paro cardiaco un día como ese, pero de 1998, durante una protesta contra un estanque ilegal de camarones en la comunidad de Muisne, en Ecuador.
En Cuba, prosigue el texto, el proyecto Manglar Vivo ha tenido excelentes resultados, con la restauración de miles de hectáreas en a lo largo y ancho del país.
Los manglares, al decir del Citma, «generan ecosistemas con una alta biodiversidad. Sus raíces sumergidas le ofrecen refugio a peces, mamíferos e invertebrados; y los bosques que conforman permiten anidar a especies de aves autóctonas y migratorias, además de constituir una barrera natural contra las marejadas y fuertes vientos de huracanes o cualquier otro evento climatológico.
«Estos ecosistemas también ayudan a prevenir la erosión en las costas y reducir el dióxido de carbono en la atmósfera, por lo cual tienen un papel importante en la lucha contra el cambio climático».
Justamente, la protección de los manglares, mediante la ejecución y mantenimiento de zanjas de drenaje o canales hidrorreguladores que favorecen la germinación y protección de esas especies, forma parte de las acciones de la Tarea Vida para enfrentar los efectos adversos del cambio climático.
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