Cuba registró este sábado 6,062 casos confirmado, 52 fallecidos y rompió récord diario de casos activos con 43,569, 135 más que el día anterior, informó el jefe de Epidemiología del MINSAP, Dr. Francisco Durán.
A pesar de la crisis de salud que vive la isla, el régimen convocó a una manifestación en contra de las protestas pacíficas que sacudieron el país el 11 de julio, en reclamo de libertad y el fin de la dictadura.
Por los datos que ha arrojado el mes de julio, todo indica que este podría ser el mes con mayor índice de contagios y mortalidad en la isla desde el inicio de la pandemia, en marzo del 2020.
Las salas de terapias intensivas documentaron este sábado 303 pacientes confirmados con el virus: 137 críticos y 166 graves.
El país ya acumula 275,608 casos positivos registrados y 1,843 fallecidos por COVID-19.
La “espontaneidad” del régimen
Lo que se supone que fuera una manifestación espontánea, resultó ser un evento planeado y, además, exigido para algunos.
En un comunicado publicado en Facebook, los estudiantes de la Facultad de Biología de la Universidad de La Habana denunciaron la convocatoria de las autoridades para que asistieran.
Según indica el reclamo, la crisis sanitaria del COVID-19 en la isla está en su peor momento y los estudiantes no consideraron prudente atender a un evento multitudinario. “Nos enfrentamos a una nueva variante del virus, cuatro veces más contagiosa y mortífera; protegernos entre todos es la voz de mando”, señala el escrito.
De la misma manera, los estudiantes hicieron un llamado al “entendimiento pacífico, al respeto de las libertades individuales y a la no violencia como vida para resolver nuestros problemas”.
La Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM) y la Escuela Nacional de Música también convocaron a estudiantes y trabajadores a asistir a la concentración, que se realizó en la tribuna antiimperialista, en el Malecón habanero, frente a la Embajada de EEUU, y estuvo presidida por el gobernante Miguel Díaz-Canel.
Con estrictas medidas sanitarias frente a la crisis del coronavirus en la isla, el régimen impone multas de 2,000 pesos y más a quienes circulen por la calle en horas no designadas, o por no usar el nasobuco.
De la misma manera, las autoridades han utilizado la excusa de los contagios para clausurar zonas o calles donde viven disidentes políticos o activistas que se oponen al régimen, y así restringirles la salida a la calle, y someterlos a un arresto domiciliario ilegal.