La santiaguera Iris Expósito considera que su padre, el campesino Armando Flores Barbán, es capaz de «hacer florecer las piedras». Nos cuenta la joven que desde hace más o menos un lustro, su papá es usufructuario de tierras en Los Negros, un Consejo Popular de poco más de seis mil habitantes ubicado en un fértil valle del municipio de Contramaestre.
Con su trabajo ayuda a mantener a su comunidad abastecida de productos del agro a precios módicos, ha realizado donaciones a centros sociales, como el círculo infantil y el policlínico, y aporta lo que corresponde al Estado en el tiempo y la forma establecidos.
Sin embargo, asegura que más de una vez le ha sucedido que en el momento de entregar al Estado –léase la Empresa de Acopio, encargada de estos menesteres– no han venido a buscar la producción. Por esa causa, recientemente se le pudrieron más de siete cajas de tomate y una cantidad considerable de pepino.
«Entonces perdió él por no venderlo al pueblo y tampoco el Estado se lo pagó», se lamenta Iris. De hecho, asegura que en este momento Armando acaba de perder una parte de su cosecha de pepino, pues tampoco fueron a recogerla y ya ha comenzado a descomponerse la fruta. El hombre ha optado entonces por regalar lo que aún sirve a sus vecinos y cargar una vez más con su pérdida.
Dado su éxito productivo en una pequeña parcela, Armando ha solicitado desde hace varios años una turbina para mejorar sus cultivos. Según le informaron, ya habían mandado un proyecto para eso, por lo que pronto llegaría el equipo solicitado, pero aún lo espera.
El campesino ha insistido para que le vendan una turbina, dado que no se la asignan. Tampoco ha obtenido respuesta. El año pasado, durante un fórum de dos días en Contramaestre, le notificaron que le iban a autorizar un proyecto de riego. Pero aún el agua no llega a sus tierras. Asegura que siente pena al plantear lo mismo en las reuniones, dado que nada se resuelve. «Si tuviera turbina, facilidad con el agua, las producciones fueran mejores», dice Iris.
Pese a tantos contratiempos y pérdidas, Armando Flores Barbán asegura que «Disposición se sobra, lo que faltan son recursos. Voy por más». Es incomprensible que cosas como esta sucedan en un país tan necesitado de producir alimentos, pero desgraciadamente pasan con cierta frecuencia. Las autoridades de Contramaestre tienen la palabra.
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