Lograr el autoabastecimiento, a cualquier nivel y en cualquier sector en nuestro país y en las condiciones actuales es, sin dudas, una tarea difícil de concretar; y más, si el ramo es la producción agropecuaria y la misión es satisfacer la demanda de semillas del sistema productivo nacional de forma eficiente y a pesar de los contratiempos.
Por eso, la Empresa Productora y Comercializadora de Semillas (EPCS), única de su tipo en el país, insiste en que los planes productivos de sus unidades Empresariales de base (UEB) se ajusten más a las necesidades de cada zona, y en que todas las formas de gestión, que conforman el esquema, cuenten con especialización y logren resultados de calidad.
Con esas premisas, la EPCS acopia anualmente unas 15 000 toneladas para producir unas 11 000 toneladas de semilla neta, incluyendo en esta cifra unas 7 000 toneladas de semillas de papa, de acuerdo con Rogelio Pupo Ávila, director comercial de la EPCS.
Según Pupo Ávila, la producción actual de semillas se encuentra al 103 % con respecto al plan, mientras que existe uno emergente en esta campaña de primavera, con el que se pretende corregir algunos atrasos, que puedan generarse en cultivos como el maíz, la calabaza y el pepino.
Acerca de tres posibles incumplimientos, aclaró que existen afectaciones en los cultivos de habichuelas y pimiento, al tiempo que de las 3 000 toneladas de frijol previstas, se podrán obtener solo 1 600 toneladas, aun cuando no se escatimó en esfuerzos para enfrentar las plagas, que ha sido el principal obstáculo.
Con el objetivo de sortear muchas otras dificultades, así como para lograr equidad y cumplimiento de las demandas, dijo Pupo Ávila, se elaboran planes de transferencias entre las UEB, porque no todas las provincias son capaces de autoabastecerse.
Detalló que varias regiones son especializadas en un tipo de semillas. Sancti Spíritus, por ejemplo, cuenta con la cebolla Caribe, un producto que dura todo el año por los altos contenidos de materia seca y aguanta los almacenajes de altas temperaturas y humedad relativa del verano.
Aunque, agregó, la EPCS no comercializa todas las semillas del país, sí se enfoca en granos, excepto el arroz, además de la fruta bomba, flores, hortalizas y plantas medicinales y condimentosas.
Por supuesto, señaló el directivo, las condiciones climatológicas del país no son propicias para todo tipo de semillas, por lo que se encuentran casos como la col, la remolacha, la zanahoria y la cebolla amarilla que no florecen en el territorio nacional; mientras otras, como el rábano, resultan más barato importarlas que producirlas.
No obstante, dar garantías a programas especiales como la demanda del turismo, la exportación o la agricultura urbana y suburbana, es una misión para la que se destina un presupuesto, con el que pueda asegurarse las semillas de importación de aquellos cultivares imprescindibles para estos destinos.
Subrayó Pupo Ávila que con los cambios económicos actuales las empresas podrán tener la liquidez en sus manos, luego de sus ingresos por exportaciones y ventas a otros destinos, para pagar por los insumos que demanden. Esto también significa el reto de lograr por sí mismas la sostenibilidad para que, de forma general, el esquema que conforma a la EPCS mejore su desempeño y alcance los niveles de eficiencia a los que aspira.
EN CIFRAS
Para dar cumplimiento a los planes de producción la Empresa Productora y Comercializadora de Semillas cuenta con:
680 Productores individuales
276 Cooperativas de créditos y servicios fortalecidas (CCSF)
37 Cooperativas de producción agropecuaria (CPA)
32 Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC)
15 Granjas estatales
14 Empresas estatales
11 Biofábricas
7 Fincas propias especializadas en la producción de semillas de alta categoría
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