VILLA CLARA, Cuba. — Poco antes de arribar a la plazoleta del mercado Buen Viaje de la ciudad, un bullicio prolongado se esparce por toda la explanada. Son apenas las seis de la mañana y la cola parece bastante organizada para un horario tan prematuro. Los primeros de la fila están situados sobre la pequeña colina que desemboca a un espacio conocido como Los Pilongos, el sitio en el que dos años atrás se realizaban las populosas ventas de domingo y que ha quedado subutilizado desde que cerraron este recinto ferial para evitar aglomeraciones.
Dentro de la nave de Los Pilongos, separada por vallas metálicas, hay dispuesta una mesa que acomoda a los trabajadores de las tiendas MLC encargados del escaneo de las identificaciones. Los santaclareños que han amanecido en este lugar tienen la pretensión de comprar con su tarjeta diversos artículos electrodomésticos cuando sean sacados a la venta en esta red de mercados. Se supone que, en pocos días, la red comercializará lavadoras, neveras, batidoras, ollas y aires acondicionados.
Para lograrlo, deben registrarse de forma digital y esperar a que la radio local anuncie la tienda correspondiente y los números dispuestos para un día preciso. Ha de ser ese día y no otro, pues perderían su derecho a adquirir el equipo si dejan pasar su turno.
“Mi interés es un Split, pero no me hace falta la lavadora ni la olla, por ejemplo”, refirió Roberto Hernández, un santaclareño en la fila de este sábado. “Si yo marco y quiero cederle el turno de la lavadora a un conocido, pues eso no se puede hacer. Allá delante están pidiendo los carnés y no las tarjetas, y todo el mundo sabe que los revendedores han pasado primero que los cubanos de a pie que estamos aquí desde ayer”.
Detrás de los cien primeros, otra multitud se acomoda debajo de los árboles a la espera de su turno, que debe ser pasado el mediodía dada la lentitud del proceso. Hay ancianos y mujeres con niños pequeños. En todo el perímetro no hay habilitado un baño público ni agua potable a la venta; tampoco un sitio techado demasiado amplio para refugiarse del sol o de algún aguacero repentino. La zona de Buen Viaje simula perfectamente un día de carnaval.
Paralela a la fila de la colina han dispuesto el parqueo improvisado de motos y motorinas eléctricas. A diez metros de la punta, la gente se acomoda en el muro del río, pegados unos a los otros, compartiendo meriendas, cigarrillos y cuitas cotidianas.
“¿Tú crees que los tíos, los primos y los hermanos de los que escanean tienen que hacer esta cola?”, se pregunta otro señor de los últimos en la fila. “Al panadero no le falta pan en su casa, ni la madre del médico tiene que esperar para operarse. Lo mismo pasa con coleros, con la diferencia de que se mueven con mucho dinero por medio”.
La estrategia del escaneado había sido anunciada por los medios radiales varios días atrás. Se suponía que en pocas horas pudieran atenderse gran parte de los interesados. Sin embargo, el cálculo parece haber quedado por debajo de las previsiones decisoras. De acuerdo con reporte de varios usuarios en redes sociales, en el día de ayer no lograron atender a todos los presentes a causa de un corte de la electricidad.
“Yo llegué a las siete de la mañana y ya había miles de personas aquí desde la madrugada”, compartió la usuaria Claudia FT en el grupo Revolico en Santa Clara. “Supuestamente, debían empezar a las ocho, pero no lo hicieron hasta casi las nueve. Esto es producto de la inmensa incoherencia y falta de organización de esta horrenda iniciativa. A las dos de la tarde, luego de que cientos de personas llevábamos martirizadas, humilladas y tratadas como animales bajo el sol, anuncian que se fue la luz y nos tenemos que ir”.
La misma usuaria refirió en el post su preocupación por un posible evento de COVID-19 debido a esta aglomeración descontrolada, en momentos en que la provincia reporta diariamente más de un centenar de contagios. “No tenemos opción si queremos mejorar alguito nuestra vida con un aire acondicionado o una nevera”, agregó.
Otras personas comentaron la publicación con sus propias experiencias: “Esto no termina todavía, te falta el día de la compra. Ya cuando estés dentro de la tienda y creas que por fin terminaste la agonía se cae el sistema justo cuando lo que te falta es pagar”, escribió Odalys Mendoza. “Pasas el día tirada en el piso muerta de hambre y sed, como le pasó a mi hija por comprar unas galleticas para el niño, la más pujadas que he visto comprar”.
Al tiempo en que cientos de santaclareños hacen cola para escanear sus documentos, en la provincia se encuentran varias calles aisladas y se prohíbe la circulación después de las seis de la tarde los días laborables y hasta la 1:00 p.m. los fines de semana para evitar eventos de transmisión. Mientras, en los grupos de intercambio y negocio de redes sociales algunos usuarios ya anuncian la venta de estas mismas lavadoras, neveras y aires acondicionados que ni siquiera han sido comercializados.
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