Iliana desde pequeñita quería ser bailarina. A los seis años, una bacteria se alojó en su cerebro y quedó ciega y paralítica. Los tres años siguientes fueron para ella y su familia una sucesión perversa de hospitalizaciones, gravedades, estabilizaciones, recaídas, tratamientos, fisioterapias…en combinaciones infinitas.
A los 9 años, ya recobrada la visión y logrado el control de sus extremidades, sin consultarle a sus padres, se presentó a las pruebas de danza de la escuela elemental de arte Leonardo Luberta, en la Isla de la Juventud. Fue la sexta niña escogida de un total de 11.
Con 14 años hoy, en cuarto año de su especialidad, Iliana, junto a su compañera de aula Carmen y los profesores Rudiel y Yandry, convirtió su historia de vida en coreografía.
Con “Milagro” —así le llamaron—, acaban de ganar tercer premio en el certamen DanceCoreo Internacional, auspiciado por Lizt Alfonso Dance Cuba, donde participaron este año, de manera virtual, más de 600 artistas de 13 países. Ella y su compañera se han ganado, además, la beca que otorga Lizt para su curso de verano del 2022.
Qué hermoso cuando podemos transformar el dolor, la frustración, el miedo, el sufrimiento, la furia, el “por qué me pasó a mí”, el “me quiero morir”, el “adiós a mi sueño” en algo poderoso que sana, que edifica, que nos hace crecer y, de paso, inspirar a quien pueda, en este instante, estar transitando por el que fue alguna vez nuestro aciago camino.
En video, la historia de Iliana:
(Tomado de Facebook)