Quizás Granma lo vuelva a ver en la misma silla con las piernas cruzadas en la 61 Serie. Y quizás no. Sin embargo, lo que nunca podremos olvidar es su sencillez, humildad, consagración y entrega a lo que por vez primera lo hizo llorar ante sus discípulos y la prensa. El béisbol también lo hace. Y eso es honor, Carlos Martí. Es un honor.
Cuba prioriza acceso al agua, pero sigue pendiente uso más sostenible
Un viejo vehículo traslada dos tuberías en su parte trasera en La Habana, próximo a una corriente de agua proveniente de una fuga en la